Advocación








La advocación es una fiesta o celebración religiosa de una figura, que en algunos casos ha asumido una organización (por ejemplo, parroquia u hospital) o que desempeña un papel importante en una religión; en términos generales las advocaciones tienen como fin servir de identificador de un lugar, mensaje o característica específica a la hora de rezar o recordar alguien o algo sagrado. Las advocaciones se asocian casi siempre con el cristianismo, y más específicamente con el catolicismo.


La mayoría de estos patronazgos lo son de santos, pero las hay también de Jesús, del Espíritu Santo, de la Virgen María (las más numerosas) y otros misterios religiosos.


Este patrocinio o advocación puede cambiar, ya que si, por ejemplo, una astilla de la Santa Cruz, fuera regalada o adquirida de otra forma, se modificaría la advocación hacia la reliquia principal.


Algunas advocaciones pueden ser simultáneas (como lo son las de san Cosme y san Damián, san Acisclo y santa Victoria, o san Pedro y san Pablo), siendo común que las divisiones administrativas, como una aldea o un país tengan como santos patrones a un santo -varón- junto a una santa -mujer-, además de una Virgen guardiana.


Además puede indicar el nombre de quien ha financiado una iglesia. Así, por ejemplo, la Iglesia de San Manuel y San Benito de la ciudad de Madrid (España), lleva esa advocación por los impulsores de la construcción del templo.




Índice






  • 1 Diferencias con hagiotopónimo


  • 2 Otros usos


  • 3 Véase también


  • 4 Enlaces externos





Diferencias con hagiotopónimo


Estas son algunas diferencias básicas entre ambos conceptos:


  • Una advocación es más inestable en el tiempo y en el espacio que un hagiotopónimo, pues la Iglesia católica puede cambiarla, o modificar su patronazgo (disolver la parroquia, segregarla o juntarla con otra), mientras que el hagiotopónimo dura mientras este lugar sea nombrado así.

  • Una advocación indica el nombre de una persona, mientras el hagiotopónimo relaciona un lugar con dicha persona, esto aplica al nombre de los santos, y también dependiendo del caso -por lo tanto por extensión- con la santidad, lo sagrado y, en última instancia, con voces derivada de la religión.

  • Una advocación puede ser compuesta, pero siempre dentro de los límites del repertorio del santoral católico, mientras que un hagiotopónimo tiene mucha variación (localidades como Santiago de Compostela, o edificios religiosos como San Pelayo de Antealtares o civiles como San Francisco del Risco).

  • La evolución fonológica de la advocación es más conservadora y transparente (Sanctus Facundus > San Facundo), mientras que un hagiotopónimo también sigue las evoluciones propias de la lengua pero pudiendo discrepar de la traducción exacta (Sanctus Hadrianus > Sanchidrián; Sanctus Genesius > Sanjenjo).


Otros usos


También se usa como una denominación complementaria que se añade al nombre de una persona divina o santa, para enlazarlo con un momento espécifico del tiempo o de la vida de éste o con un lugar específico, en que estuvo, se apareció o le fue dedicado un templo. También es el nombre con el que se conocen ciertas imágenes de estos personajes divinos o santos, los santuarios donde son veneradas o los días que tienen asignados según el santoral católico.



Véase también



  • Advocación mariana

  • Patronazgo

  • Anexo:Advocaciones cristíferas

  • Anexo:Catedrales bajo patrocinio

  • Anexo:Iglesias bajo patrocinio


  • Wikcionario tiene definiciones y otra información sobre hagiotopónimo.



Enlaces externos



  • Wikcionario tiene definiciones y otra información sobre advocación.



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