Batalla de Pavía







































Batalla de Pavía

Guerra de los Cuatro Años

Battle of Pavia.jpg

En la batalla de Pavía, los ejércitos de Carlos V vencieron a los de Francisco I de Francia. Tapiz de Bernard van Orley, Museo de Capodimonte.


Fecha
24 de febrero de 1525
Lugar
Pavía, Italia
Coordenadas
45°11′00″N 9°09′00″E / 45.1833, 9.15Coordenadas: 45°11′00″N 9°09′00″E / 45.1833, 9.15
Resultado
Victoria de los Habsburgo decisiva.
Beligerantes





Pavillon royal de la France.svg Reino de Francia

Estandarte Real de Carlos I.svg Monarquía hispánica
Bandera de Sacro Imperio Romano Germánico Sacro Imperio Romano Germánico

Comandantes





Pavillon royal de la France.svg Francisco I  Rendición
Bandera Navarra.svg Enrique II de Navarra  Rendición
Pavillon royal de la France.svg Francois de Lorena 
Pavillon royal de la France.svg Richard de la Pole 
Pavillon royal de la France.svg Louis de la Trémoille 

Bandera de España Antonio de Leyva
Bandera de España Fernando de Ávalos
Bandera de Sacro Imperio Romano Germánico Carlos de Lannoy
Bandera de Sacro Imperio Romano Germánico Jorge de Frundsberg

Fuerzas en combate





Ejército francés
• 29.000[1]​ - 32.000[2]​ hombres
• 53 cañones

Guarnición en Pavía:
• 6.300 hombres
Ejército de refuerzo:
• 24.300 hombres
• 17 cañones[3]

Bajas




8.000 franceses muertos o heridos y 5.000 mercenarios alemanes muertos[4] 1.500 muertos o heridos[4]



La batalla de Pavía se libró el 24 de febrero de 1525 entre el ejército francés al mando del rey Francisco I y las tropas germano-españolas del emperador Carlos V, con victoria de estas últimas, en las proximidades de la ciudad italiana de Pavía.




Índice






  • 1 Antecedentes


  • 2 Inicio de los enfrentamientos


  • 3 El sitio de Pavía


  • 4 La victoria imperial


  • 5 Consecuencias


  • 6 Véase también


  • 7 Referencias


  • 8 Enlaces externos





Antecedentes


En el primer tercio del siglo XVI, Francia se veía rodeada por las posesiones de la Casa de los Habsburgo. Esto, unido a la obtención del título de Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico por parte de Carlos I de España en 1520, puso a la monarquía francesa contra las cuerdas. Francisco I de Francia, que también había optado al título, vio la posibilidad de una compensación anexionándose un territorio en litigio, el ducado de Milán (Milanesado). A partir de ahí, se desarrollaría una serie de contiendas de 1521 al 1524 entre la corona Habsburgo de Carlos V y la corona francesa de la Casa de Valois.



Inicio de los enfrentamientos


El 27 de abril de 1522 tuvo lugar la batalla de Bicoca, cerca de Monza. Se enfrentaron por un lado el ejército franco-veneciano, al mando del general Odet de Cominges, vizconde de Lautrec, con un total de 28 000 soldados que contaba con 16 000 piqueros suizos entre sus filas y por otro el ejército imperial con un total de 18 000 hombres al mando del condotiero italiano Prospero Colonna. La victoria aplastante de los tercios españoles sobre los mercenarios suizos hizo que en castellano la palabra «bicoca» pasara a ser sinónimo de «cosa fácil o barata».


La siguiente batalla se produjo el 30 de abril de 1524, la batalla de Sesia, cerca del río Sesia. Un ejército francés de 40 000 hombres, mandado por Guillaume Gouffier, señor de Bonnivet, penetró en el Milanesado, pero fue igualmente rechazado. Fernando de Ávalos, marqués de Pescara, y Carlos III de Borbón (que recientemente se había aliado con el emperador Carlos V) invadieron la Provenza. Sin embargo, perdieron un tiempo valioso en el sitio de Marsella, lo que propició la llegada de Francisco I y su ejército a Aviñón y que propicio que las tropas imperiales se retiraran.


El 25 de octubre de 1524, el propio rey Francisco I cruzó los Alpes y a comienzos de noviembre entraba en la ciudad de Milán (poniendo a Louis II de la Trémoille, como gobernador) después de haber arrasado varias plazas fuertes. Las tropas españolas evacuaron Milán y se refugiaron en Lodi y otras plazas fuertes. 1000 soldados españoles, 5000 lansquenetes alemanes y 300 jinetes pesados, mandados todos ellos por Antonio de Leyva, se atrincheraron en la ciudad de Pavía. Los franceses sitiaron la ciudad con un ejército de aproximadamente 30 000 hombres y una poderosa artillería compuesta por 53 piezas.



El sitio de Pavía


Antonio de Leyva, veterano de la guerra de Granada, supo organizarse para resistir con 6.300 hombres más allá de lo que el enemigo esperaba, además del hambre y las enfermedades. Mientras tanto, otras guarniciones imperiales veían cómo el enemigo reducía su número para mandar tropas a Pavía. Mientras los franceses aguardaban la capitulación de Antonio de Leyva, recibieron noticias de un ejército que bajaba desde Alemania para apoyar la plaza sitiada, más de 15.000 lansquenetes alemanes y austríacos bajo el mando de Jorge de Frundsberg, tenían órdenes del emperador Carlos V de poner fin al sitio y expulsar los franceses del Milanesado.





La Batalla de Pavía, por un desconocido pintor flamenco del siglo XVI.


Francisco I decidió dividir sus tropas; ordenó que parte de ellas se dirigieran a Génova y Nápoles e intentaran hacerse fuertes en estas ciudades. Mientras, en Pavía, los mercenarios alemanes y suizos comenzaban a sentirse molestos porque no recibían sus pagas. Los generales españoles empeñaron sus fortunas personales para pagarlas. Viendo la situación de sus oficiales, los arcabuceros españoles decidieron que seguirían defendiendo Pavía aún sin cobrar sus pagas.


A mediados de enero de 1525 llegaron los refuerzos bajo el mando de Fernando de Ávalos, marqués de Pescara, Carlos de Lannoy, virrey de Nápoles y Carlos III, contestable de Borbón. Fernando de Ávalos consiguió capturar el puesto avanzado francés de San Angelo, cortando las líneas de comunicación entre Pavía y Milán. Posteriormente conquistaría a los franceses el castillo de Mirabello.


Finalmente llegaron los refuerzos imperiales a Pavía, compuestos por 13.000 infantes alemanes, 6.000 españoles y 3.000 italianos con 2.300 jinetes y 17 cañones,[5]​ los cuales abrieron fuego el 24 de febrero de 1525. Los franceses decidieron resguardarse y esperar, sabedores de la mala situación económica de los imperiales y de que pronto los sitiados serían víctimas del hambre. Sin embargo, atacaron varias veces con la artillería los muros de Pavía. Pero las tropas desabastecidas, lejos de rendirse, comprendieron que los recursos se encontraban en el campamento francés, después de una arenga dicha por Antonio de Leyva.


Formaciones de piqueros flanqueados por la caballería comenzaron abriendo brechas entre las filas francesas. Los tercios y lansquenetes formaban de manera compacta, con largas picas protegiendo a los arcabuceros. De esta forma, la caballería francesa caía al suelo antes de llegar incluso a tomar contacto con la infantería.


Los franceses consiguieron anular la artillería imperial, pero a costa de su retaguardia. En una arriesgada decisión, Francisco I ordenó un ataque total de su caballería. Según avanzaban, la propia artillería francesa (superior en número) tenía que cesar el fuego para no disparar a sus hombres. Los 3.000 arcabuceros de Alfonso de Ávalos dieron buena cuenta de los caballeros franceses, creando desconcierto entre estos. Mientras Carlos de Lannoy al mando de la caballería y Fernando de Ávalos al mando de la infantería, luchaban ya contra la infantería francesa mandada por Francois de Lorena y Ricard de la Pole



La victoria imperial





Batalla de Pavía, por Juan de Orea.


En ese momento, Leyva sacó a sus hombres de la ciudad para apoyar a las tropas que habían venido en su ayuda y que se estaban batiendo con los franceses, de forma que los franceses se vieron atrapados entre dos fuegos que no pudieron superar. Los imperiales empezaron por rodear la retaguardia francesa (mandada por el duque de Alenzón) y cortarles la retirada. Aunque agotados y hambrientos, constituían una muy respetable fuerza de combate. Guillaume Gouffier de Bonnivet, el principal consejero militar de Francisco, se suicidó (según Brantôme, al ver el daño que había causado deliberadamente busco una muerte heroica a manos de las tropas imperiales). Los cadáveres franceses comenzaban a amontonarse unos encima de otros. Los demás, viendo la derrota, intentaban escapar. Al final las bajas francesas ascendieron a 8.000 hombres.


El rey de Francia y su escolta combatían a pie, intentando abrirse paso. De pronto, Francisco I cayó, y al erguirse, se encontró con un estoque español en su cuello. Un soldado de infantería, el vasco Juan de Urbieta, lo hacía preso. Diego Dávila, granadino, y Alonso Pita da Veiga, gallego, junto al combatiente greco-italiano Pedro de Candia se unieron con su compañero de armas. No sabían a quién acababan de apresar, pero por las vestimentas supusieron que se trataría de un gran señor. Informaron a sus superiores. Aquel preso resultó ser el rey de Francia. Otro participante célebre en la batalla fue el extremeño Pedro de Valdivia, futuro conquistador de Chile, su amigo Francisco de Aguirre, y el joven Juan Martin de Candia, quien sería uno de los futuros fundadores de Santiago de Chile.



Consecuencias


En la batalla murieron comandantes franceses como Bonnivet, Luis II de La Tremoille, La Palice, Suffolk, Galeazzo Sanseverino y Francisco de Lorena, y otros muchos fueron hechos prisioneros, como el condestable Anne de Montmorency y Robert III de la Marck.





Carlos V visitando a Francisco I después de la batalla de Pavía, por Richard Parkes Bonington (acuarela sobre papel de 1827).


Tras la batalla Francisco I fue llevado a Madrid, donde llegó el 12 de agosto, quedando custodiado en la Casa y Torre de los Lujanes. La posición de Carlos V fue extremadamente exigente, y Francisco I firmó en 1526 el Tratado de Madrid. Francisco I renunciará al Milanesado, Nápoles, Flandes, Artois y Borgoña.


Cuenta la leyenda que en las negociaciones de paz y de liberación de Francisco I, el emperador Carlos V renunció a usar su lengua materna (francés borgoñón) y la lengua habitual de la diplomacia (italiano) para hablar por primera vez de manera oficial en castellano.


Posteriormente Francisco I se alió con el Papado para luchar contra La monarquía hispánica y el Sacro Imperio romano germánico, lo que produjo que Carlos V atacara y saqueara Roma en 1527 (Saco de Roma).


En la actualidad se sabe que Francisco I no estuvo en el edificio de los Lujanes, sino en el Alcázar de los Austrias que, tras un incendio, fue sustituido por el actual Palacio Real de Madrid. Carlos V se desvivió por lograr que su "primo" Francisco se sintiera cómodo y lleno de atenciones.[6]



Véase también



  • Guerras Italianas

  • Guerra italiana de 1521

  • Soldaditos de Pavía

  • La Encamisá de Torrejoncillo



Referencias




  1. Manuel Pedregal y Cañedo, "Estudios sobre el engradecimiento y la decadencia de España", pág. 231


  2. Juan Carlos Losada Malvárez, "Batallas decisivas de la historia de España", pág. 158


  3. James D. Tracy, "Emperor Charles V, impresario of war: campaign strategy, international finance, and domestic politics", pág. 125


  4. ab Spencer C. Tucker (2010). Battles That Changed History: An Encyclopedia of World Conflict. Santa Bárbara: ABC CLIO, pp. 163. ISBN 978-1-59884-429-0. El autor estima el tamaño de ambas tropas en unos veinte mil hombres.


  5. Jean Giono, "La batalla de Pavia, 24 de Febrero, 1525", pág. 142


  6. Paolo Pintacuda (1997). La Bataglia di Pavia nei pliegos poetici e nei romanceros. Lucca, Agua y Peña, pp. 31 y ss. ISBN 88-8209-023-X.



Enlaces externos




  • Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Batalla de Pavía.


  • Táctica y fases de la batalla Enlace no funcional

  • Artículo sobre el asedio de la ciudad, el socorro imperial a los cercados y la batalla del 24 de febrero, otro artículo sobre el papel jugado en la batalla por los escopeteros y arcabuceros españoles, y un último artículo sobre problemas de financiación del ejército imperial y pago de las tropas

  • Vídeo explicativo de la batalla: https://www.youtube.com/watch?v=CPNA3yxTVes




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