Apolo







El dios Apolo Citaredo en la Columna, en la Academia de Atenas. Patrón de la salud, la belleza, la música y las Bellas Artes. Fuente de inspiración principal para artistas y oráculos, uno de los dioses olímpicos mas influyentes de la Antigua Grecia.


Apolo (en griego: Ἀπόλλων, transl. Apóllōn, o Ἀπέλλων, transl. Apellōn) es una de las divinidades principales de la mitología griega, y uno de los dioses olímpicos más significativos, motivo por el cual le dedicaron una gran cantidad de templos. Hijo de Zeus y Leto, y hermano mellizo de Artemisa, poseía muchos atributos y funciones, y posiblemente después de Zeus fue el dios más influyente y venerado de todos los de la Antigüedad clásica.


Era descrito como el dios de las artes, del arco y la flecha, que amenazaba o protegía desde lo alto de los cielos, siendo identificado con la luz de la verdad, tal es como se lo representaba con el Sol. Era temido por los otros dioses y solamente su padre y su madre podían contenerlo. Era el dios de la muerte súbita, de las plagas y enfermedades, pero también el dios de la curación y de la protección contra las fuerzas malignas. Además, era el dios de la belleza, de la perfección, de la armonía, del equilibrio y de la razón, el iniciador de los jóvenes en el mundo de los adultos, estaba conectado a la naturaleza, a las hierbas y a los rebaños, y era protector de los pastores, marineros y arqueros.


Los orígenes de su mito son oscuros, pero en el tiempo de Homero (siglo VIII a, C,) ya era de gran importancia, siendo uno de los más citados en la Ilíada. Posteriormente la mitología romana lo incluye recién en el siglo V a. C., época en que le dedican el primer templo.


Hacía a los hombres conscientes de sus pecados y era el agente de su purificación; presidía las leyes de la religión y las constituciones de las ciudades.


Era símbolo de inspiración profética y artística, siendo el patrono del más famoso oráculo de la Antigüedad, el oráculo de Delfos, y líder de las musas. Como jefe de las Musas inspiradoras (con el epíteto Apolo Musageta) y director de su coro actuaba como dios patrón de la música y la poesía. Su lira se convirtió en un atributo común de Apolo. Los himnos cantados en su honor recibían el nombre de peanes (Peán era su nieto, hijo de Asclepio).


Tuvo muchos amores, especialmente con sus musas, y producto de sus andanzas tuvo alrededor de una veintena de hijos, aunque en ese terreno tuvo algunas desgracias. Fue representado innumerables veces desde la Antigüedad, generalmente como un hombre joven, desnudo y sin barba, en la plenitud de su vigor, a veces con un manto, un arco y un carcaj de flechas, y generalmente una lira, creada por su hermano Hermes para él, y con algunos de sus animales simbólicos como la serpiente (que se utiliza en la medicina), el cuervo o el grifo.[1]


En la época helenística, especialmente durante el siglo III a. C., pasó del epíteto Apollo Helios a ser identificado por los griegos con Helios, dios del sol, y de forma parecida su hermana se equiparó con Selene, diosa de la luna.[Nota 1]


Apolo fue identificado sincréticamente con un gran número de divinidades en sus diferentes lugares de culto, y sobrevivió secretamente a lo largo de la expansión del cristianismo: en la Edad Media, Apolo fue identificado por los cristianos con el Demonio, asociado con el poder profano, como es sabido, el culto a otros dioses en la época cristiana estaba prohibido y era sinónimo de cumplir una condena en la hoguera, haciendo cumplir esto a través de edictos a lo largo de toda la extensión del vasto imperio romano.


Ya en la era contemporánea, tales edictos de prohibiciones quedaron sin efecto, y su culto volvió a practicarse. Actualmente, y después de un prolongado silencio de siglos, su culto es llevado a cabo por los seguidores del helenismo de Europa, América, y especialmente de Grecia.[2]


Su mito se ha empleado durante siglos por filósofos, artistas y otros intelectuales para la interpretación e ilustración de una variedad de aspectos de la vida humana, de la sociedad y de fenómenos de la naturaleza, y su imagen está presente en una gran variedad de formas en nuestros días.[1][3][4][5][6]




Índice






  • 1 Etimología


  • 2 Orígenes del culto a Apolo


  • 3 Lugares de culto


    • 3.1 Santuarios oraculares


    • 3.2 Otros templos de Apolo




  • 4 Festivales


  • 5 Atributos y símbolos


  • 6 Influencia de Apolo en el arte de Grecia


    • 6.1 Apolo en el arte Renacentista y posterior




  • 7 Mitología


    • 7.1 Nacimiento


    • 7.2 Origen del mito de la lira


    • 7.3 Origen del mito de Delfos


    • 7.4 Duelos musicales


    • 7.5 La Guerra de Troya




  • 8 Las musas de Apolo


  • 9 Amantes, consortes y descendencia


    • 9.1 Mitos




  • 10 Epítetos y títulos de culto griego


  • 11 Culto en otras regiones


    • 11.1 Culto romano


    • 11.2 Culto celta


      • 11.2.1 Epítetos y títulos






  • 12 Otros mitos


    • 12.1 Admeto


    • 12.2 Níobe




  • 13 Culto en la actualidad


  • 14 Apolo en la cultura contemporánea


  • 15 Véase también


  • 16 Notas


  • 17 Referencias


  • 18 Fuentes


  • 19 Bibliografía


  • 20 Enlaces externos





Etimología




Apolo, Museo Capitolini, copia marmol del siglo IV a. C.


Fue llamado por los griegos «Apollon» o «Apellon», por los romanos «Apollo» y por los etruscos «Apulu» o «Aplu». El origen del nombre de Apolo es incierto. Los autores antiguos recogieron varios ejemplos de etimología popular. Así, Platón relaciona el nombre en su Crátilo con ἀπόλυσις, ‘redimir’, con ἀπόλουσις, ‘purificación’, con ἁπλοῦν, ‘simple’,[7]​ en particular en referencia a la forma tesalia del nombre, Ἄπλουν, y finalmente con Ἀει-βάλλων, ‘el que siempre dispara’. Hesiquio relaciona el nombre «Apolo» con el dórico απελλα apella, que significa ‘asamblea’, por lo que Apolo sería el dios de la vida política, y también da la explicación σηκος, ‘rebaño’, en cuyo caso Apolo sería el dios de los rebaños y manadas.


Para Plotino, su nombre significa la negación de la pluralidad: "no muchos", y agregó que para los pitagóricos significaba el Uno. Plutarco siguiendo esta línea afirmaba que los pitagóricos asociaban nombres divinos a los números, y que la mónada era identificada con Apolo.[8]​ Burkert sugirió que deriva de "santa convocación", que Nagy considera verosímil, basado en lo que también declaró Hesiquio de Alejandría, pero esta etimología ha sido rechazada por Frisk, Chantraine y Dietrich, que consideran que el origen del nombre simplemente desconocido. Bernal presenta la hipótesis de que deriva de Horus, dios del cielo egipcio, a través de adaptaciones fonéticas intermedios en Fenicia. Heródoto decía que Apolo y Horus eran el mismo dios.[9][10]


También es posible[11]​ que apellai derive de una forma antigua de Apolo que pueda ser equiparada con Apaliuna, un dios anatolio cuyo nombre posiblemente signifique ‘padre león’ o ‘padre luz’. Los griegos asociaron más tarde el nombre de Apolo con el verbo απολλυμι apollymi, ‘destruir’.[12]


Además, se ha sugerido[13][14]​ que Apolo procede de la divinidad hurrita e hitita Aplu, que era ampliamente invocada durante los años de plaga. Aplu, se sugiere, procede del acadio Aplu Enlil, que significa ‘el hijo de Enlil’, un título que se aplicaba al dios Nergal, que estaba relacionado con Shamash, el dios babilónico del sol.



Orígenes del culto a Apolo


Parece que tanto el Apolo griego como el etrusco llegaron al mar Egeo durante la Edad del Hierro (entre c. 1100 y 800 a. C.) desde Anatolia. Homero lo presenta en el bando troyano, contra el aqueo, en la Guerra de Troya. En el Bronce Antiguo (de 1700 a 1200 a. C.) el Aplu hitita y hurrita,[Nota 2]​ como el Apolo homérico, era un dios de las plagas y se parecía al dios ratón Apolo Esmínteo.





Apolo Citaredo, Palacio Altemps


Hay aquí una situación apotropaica, en la que un dios que originalmente traía la plaga era invocado para acabar con ella, mezclándose con el tiempo por fusión con el dios sanador micénico Peán (PA-JA-WO en lineal B), que en la Ilíada de Homero era una deidad independiente, el sanador de las heridas de Ares y Hades,[16]​ En otros autores la palabra pasó a ser un mero epíteto de Apolo en esta faceta de dios de la curación.


Homero ilustró tanto a Peán dios como a la canción con el aspecto de agradecimiento apotropaico o triunfo,[17]​ y Hesíodo también separó ambas cosas.[18]​ En la poesía posterior Peán es invocado independientemente como dios de la curación. Es igualmente difícil separar a Peán en el sentido de ‘sanador’ de Peán en el sentido de ‘canción’.


Tales canciones eran originalmente dirigidas a Apolo y posteriormente a otros dioses (como Dioniso, Helios y Asclepio) relacionados con él. Sobre el siglo IV a. C. el peán se convirtió en una simple fórmula de adulación, cuyo objeto era implorar protección contra la enfermedad y la desgracia o bien dar las gracias tras lograr dicha protección.


De esta forma Apolo llegó a ser reconocido como dios de la música. Su papel como asesino de Pitón llevó a su asociación con la batalla y la victoria, de donde procede la costumbre romana de que los ejércitos cantasen un peán cuando marchaban y antes de entrar en batalla, cuando una flota abandonaba el puerto y también tras lograr una victoria.


Los vínculos de Apolo con los oráculos parecen también estar relacionados con el deseo de saber el desenlace de una enfermedad. Es el dios de la música y la lira. La curación pertenece a su reino: era el padre de Asclepio, el dios de la medicina. Las Musas eran parte de su séquito, de forma que la música, la historia, la poesía y la danza le pertenecían.



Lugares de culto


Inusual entre las deidades olímpicas, Apolo tuvo dos lugares de culto con influencia generalizada: Delos y Delfos. Los cultos del Apolo Cintio y del Apolo Pitio eran tan diferentes que podían tener santuarios en la misma localidad.[11]​ que apellai derive de una forma antigua de Apolo que pueda ser equiparada con Apaliuna, un dios anatolio cuyo nombre posiblemente significa ‘padre león’ o ‘padre luz’. Los griegos asociaron más tarde el nombre de Apolo con el verbo απολλυμι apollymi, ‘destruir’.[12]​ Nombres teofóricos tales como «Apolodoro» o «Apolonio» y ciudades llamadas Apolonia aparecen por todo el mundo griego. El culto a Apolo ya estaba totalmente asentado cuando comenzaron las fuentes escritas, sobre 650 a. C.



Santuarios oraculares




Maqueta del Santuario de Delfos, en el Museo Arqueológico de Delfos, Grecia.


Apolo tenía su oráculo más popular en Delfos, cuya construcción era una auténtica acrópolis protegida por murallas, con fuentes, un teatro y grandes recámaras individuales divididas por ciudades de procedencia, donde los consultantes dejaban sus ofrendas (mayormente labrados en oro, bronce, y piedras preciosas). Este templo recibía miles de consultantes de todas partes de Grecia y del mundo Mediterráneo, siendo Alejandro Magno uno de los visitantes más ilustres. Aquí la pitonisa le vaticinó que «conquistaría el mundo». Este oráculo tenía la peculiaridad de no fallar con las predicciones.


También otros notables templos en Claros y Bránquidas. Su altar oracular en Abas (Fócida), de donde procede el epíteto toponímico Abeo (Ἀβαῖος: Abaios), fue tan importante como para ser consultado por Creso.[19]


Entre sus santuarios oraculares estaban:




Acrópolis de Delfos en la actualidad.



  • En Dídima, un oráculo en la costa de Anatolia, al suroeste de Sardes (Lidia), en el que los sacerdotes del linaje de los bránquidas recibían su inspiración bebiendo de un manantial curativo ubicado en el templo.

  • En Hierápolis Bambyce (Asia Menor), según el tratado De Dea Syria, el santuario de la diosa siria contenía una imagen de Apolo con túnica y barba. Las adivinaciones se hacían a partir de los movimientos espontáneos de esta imagen.[20]

  • En Delos había un oráculo de Apolo Delio durante el verano. El hieron (‘santuario’) de Apolo adyacente al Lago Sagrado fue el lugar donde se cree que nació el dios.

  • En Corinto, el oráculo venía de la ciudad de Tenea, de prisioneros supuestamente capturados en la Guerra de Troya.

  • En Abas (Fócida).

  • En el templo de Apolo en Delfos, la Pitia se llenaba del pneuma (πνευµα) de Apolo, que se decía que venía de un manantial dentro del ádyton.


    Templo de Apolo en las faldas del monte Parnaso, cerca de Delfos (Grecia).



  • En Patara (Licia) había un oráculo de Apolo en invierno, del que se decía que fue el lugar al que el dios fue desde Delos. Como en Delfos el oráculo de Patara era una mujer.

  • En Claros, en la costa oeste de Asia Menor, al igual que en Delfos una fuente sagrada daba un pneuma del que bebían los sacerdotes.

  • En Segesta (Sicilia).



Otros templos de Apolo




Templo de Apolo (Pompeya).



  • En Tebas, el templo más antiguo, siglo IX a. C. probablemente dedicado a Apolo Ismenio. Parece que fue un edificio curvilíneo. A principios del siglo VII a. C. se construyó un templo dórico del que solo se han recuperado pequeñas partes.[21]​ Allí se celebraban las fiestas Dafneforias cada nueve años en honor de Apolo Ismenio (o Galaxio). Los participantes llevaban ramas de laurel (dafnai), y a la cabeza de la procesión, caminaba un joven (elegido sacerdote de Apolo), al que se llamaba "dafnéforo".[22]

  • En Roma había un templo de Apolo dedicado a Apolo Medicus, probablemente junto al templo de la diosa de la guerra Belona.

  • Templo de Apolo Actio del siglo V a. C., en el promontorio de Actium, en la costa de Acarnania.


  • Templo de Apolo en Termon, en Etolia.

  • Templo de Apolo Agieo (‘protector de las calles’) en la ciudad de Megalópolis, en Arcadia.

  • Templo de Apolo en Apolonia (Epiro)


  • Templo de Apolo en la isla de Ortigia, en Siracusa (Sicilia).


  • templo de Apolo en Figalia, en Arcadia.


  • Templo de Apolo en Corinto.


  • Templo de Apolo en Delos.

  • Templo de Apolo Delfinio en Dreros, al noreste de Creta (siglo VIII a. C.)




Festivales


Los principales festivales celebrados en honor de Apolo eran las



  • Boedromias

  • Carneas

  • Carpias

  • Dafneforias

  • Delias

  • Jacintias

  • Metageitnias

  • Pianepsias

  • Pitias


  • Targelias.



Atributos y símbolos




Uno de los dos himnos de Apolo en las murallas de Delfos que sobrevivieron al paso de la humanidad. Este es el primer ejemplo conocido de notación musical de la historia: sobre las líneas recitadas se encuentran las correspondientes notas, a modo de cancionero.


Los atributos más comunes de Apolo eran el arco y la flecha. Entre sus atributos también se incluían la cítara (una versión avanzada de la lira), el plectro y la espada. Otro emblema común era el trípode sacrificial, representativo de sus poderes proféticos. El laurel se usaba en sacrificios expiatorios y también para elaborar la corona de la victoria en los Juegos Píticos, que se celebraban en su honor cada cuatro años en Delfos. La palmera también le estaba consagrada porque había nacido bajo una de ellas en Delos. Entre los animales que le estaban consagrados, se incluían los lobos, los delfines y los corzos, el cisne cantor y las cigarras (simbolizando la música), halcones, la corneja gris, cuervos y serpientes (en alusión a sus funciones como dios de la profecía), los ratones y los grifos, míticos híbridos de águila y león de origen oriental.


Como dios de la colonización, Apolo aconsejaba sobre las colonias, especialmente durante la época de mayor apogeo, de 750 a 550 a. C. Según la tradición griega, ayudó a los colonos cretenses o arcadios a fundar la ciudad de Troya. Sin embargo, esta historia podría reflejar una influencia cultural que tuviese la dirección contraria: textos cuneiformes hititas mencionan un dios de Asia Menor llamado Appaliunas o Apalunas en relación con la ciudad de Wilusa mencionada en inscripciones hititas, que actualmente se suele considerar idéntica a la griega Ilión por la mayoría de investigadores. En esta interpretación, el título Lykegenes puede leerse simplemente como ‘nacido en Licia’, lo que efectivamente corta el supuesto vínculo del dios con los lobos (posiblemente una etimología popular).


En el contexto literario Apolo representa la armonía, el orden y la razón, características que contrastaban con las de Dioniso, dios del vino, que representaba el éxtasis y el desorden. El contraste entre los papeles de estos dioses queda reflejado en los adjetivos apolíneo y dionisíaco. Sin embargo, los griegos pensaban en las dos cualidades como complementarias: los dos dioses son hermanos, y cuando Apolo en el invierno se marchaba a la Hiperbórea dejaba el oráculo de Delfos a Dioniso. Este contraste parece ser mostrado en los lados del jarrón Borghese.


Apolo es relacionado a menudo con el justo medio, siendo este el ideal griego de moderación y una virtud opuesta a la gula.



Influencia de Apolo en el arte de Grecia





Apolo y Urania, una de sus Nueve Musas. También su amante, se cree que engendraron un hijo llamado Lino


El culto a Apolo como patrón de las Artes, y el respectivo culto a sus musas, era de vital importancia en la Antigua Grecia, y a quienes les debieron el progresivo desarrollo en todas las ramas artísticas (que son los fundamentos de los actuales en curso), como el teatro, la música, la danza, la poesía, la pintura. Los griegos consideraban a la música muy importante en sus vidas, por esa razón es posible ver en vasijas y pinturas representaciones de personas ejecutando sus instrumentos. Por primera vez se desarrollaron las treorías de la música en el s. VII a. C., a partir de los estudios de Pitágoras, estableciéndose las 7 notas, el estudio de las escalas, conceptos de quinta justa y octavas, y las trilogías I-IV-V (fundamentos utilizados en los diversos géneros musicales de la actualidad). Mientras tanto el teatro estableció los géneros del drama, la comedia y la tragedia. La construcción de teatros florecieron a lo largo de toda la Hélade.


En el arte Apolo es representado como un hombre joven, imberbe y guapo, a menudo con una cítara (como Apolo Citaredo) o un arco en la mano, o reclinado sobre un árbol (los tipos Apolo Licio y Apolo Sauróctono). El Apolo de Belvedere es una escultura en mármol que fue redescubierta a finales del siglo XV y que desde el Renacimiento hasta el XIX ha epitomado los ideales de la antigüedad clásica para los europeos. Se trata de una copia helenística o romana de un original en bronce del escultor griego Leocares hecha entre 350 y 325 a. C.


En el mosaico de suelo romano de finales del siglo II de El Djem (la romana Tisdro) puede identificársele como Apolo Helios por su halo radiante, aunque entonces incluso la divina desnudez de un dios se oculta bajo su túnica, señal de crecientes convenciones de modestia en el Imperio tardío. Otro mosaico de Apolo con halo, de Hadrumento, está en el museo de Sousse.[23]​ Las convenciones de esta representación —cabeza ladeada, labios levemente abiertos, grandes ojos, corte de pelo anástole - en rizos cayendo sobre el cuello- se desarrollaron en el siglo III a. C. para representar a Alejandro Magno.[24]​ Siglos después las representaciones de Cristo y los santos cristianos serían idénticas a restos arqueológicos hallados, en los cuales se distingue a Apolo rodeado con halos de luz o destellos solares, como el mosaico hallado en Cartago.


En la ciudad cretense de Dreros, fue hallada una estatuilla de Apolo[25][26][27][28]​ realizada en el estilo orientalizante temprano de finales del siglo VIII a. C.[28]​ (o bien hacia 650 a. C.),[25]​ usando la técnica del sphyrelaton, esto es, martillando láminas de bronce sobre un núcleo de madera que les daba forma.[25][26][27]​ Tiene 80 cm y posee unos pectorales muy marcados.[28]​ Actualmente se encuentra en el Museo Arqueológico de Heraclión.[27]


Otras representaciones antiguas reseñables son:



  • Apolo de Piombino (museo del Louvre)

  • Gran Apolo dorado de Lillebonne (museo del Louvre)



Apolo en el arte Renacentista y posterior


Existen numerosas obras de arte en honor a Apolo en todo el mundo, tanto esculturas antiguas como modernas, además de pinturas de la Antigüedad (halladas en interiores de viviendas de Pompeya), y las realizadas a partir de la era del Renacimiento (Maarten Van Heemskerck y otros). En la época del Renacimiento, su representación estaba solo permitida en relación a los reyes y miembros de la nobleza.



  • Galería de Apolo en el Louvre, obra del pintor y decorador Charles Le Brun. Siguió decorándola Delacroix y fue terminada en el Segundo Imperio.

  • Salón del trono o salón de Apolo en el castillo de Versalles. Estaba destinado a la recepción de embajadores y se daban también espectáculos de danza y música.

  • Jardines de Versalles. Aquí se encuentran bastantes representaciones del dios solar:

    • Estanque de Apolo, situado cerca del Gran Canal. En el medio se encuentra una monumental estatua de Apolo, obra de Jean-Baptiste Tuby. El dios surge del agua conduciendo un carro tirado por dos caballos.

    • En el bosquecillo de los baños de Apolo, obra del siglo XVIII, se ve representado el dios solar, en actitud de cansancio y rodeado de ninfas





  • Apolo y Aurora de Gerard de Lairesse, 1671; se encuentra en el Metropolitan Museum of Art, Nueva York.


Mitología




Apolo, Museo del Vaticano.


Las primeras referencias literarias a Apolo se encuentran en Homero, en la propia fundación de la literatura griega. Apolo es citado en la Odisea y es uno de los dioses protagonistas de la Ilíada. Como es evidente, a pesar de la incertidumbre sobre el origen del mito y de la ausencia de documentación anterior, en el siglo VIII a. C. ya estaba consolidado. En la época de la formación de los himnos homéricos el dios ya aparecía tan cargado de atributos que el poeta consideraba difícil elegir por dónde empezar su elogio.[29]



¿Cómo te debo cantar, celebrado como eres por toda clase de himnos?


Himno homérico III, a Apolo, 19.[29]



Nacimiento


Cuando Hera descubrió que Leto estaba embarazada y que Zeus era el padre, prohibió que diera a luz en tierra firme, o el continente, o cualquier isla del mar. En su deambular, Leto encontró la recién creada isla flotante de Delos, que no era el continente ni una isla real, y dio a luz allí. La isla estaba rodeada de cisnes. Después, Zeus aseguró Delos al fondo del océano. Más tarde esta isla fue consagrada a Apolo.


También se afirma que Hera secuestró a Ilitía, la diosa de los partos, para evitar que Leto diese a luz. Los demás dioses engañaron a Hera para que la dejase ir ofreciéndole un collar de ámbar de ocho metros de largo. Los mitógrafos coinciden en que primero nació Artemisa y esta ayudó a nacer a Apolo, o que Artemisa nació un día antes que Apolo, en la isla de Ortigia, y que ayudó a Leto a cruzar el mar hasta Delos el día siguiente para dar a luz a Apolo. Apolo nació el 7º día (ἡβδομαγενης) de Targelión, según la tradición delia o en el mes de Bisio según la tradición délfica. Los días 7º y 20º, lunas nueva y llena, estuvieron desde entonces consagrados a él.



Origen del mito de la lira


Hermes nació en el monte Cilene en Arcadia. Esta historia se cuenta en el himno homérico a Hermes, como se sabe, es el dios de los negocios, las travesías, y los ladrones. Su madre, Maia, había quedado embarazada de una aventura amorosa con Zeus. Maia recostó a dormir al infante Hermes, y este escapó cuando ella dormía. Corrió a Tesalia, donde Apolo estaba pastoreando su ganado. En un descuido, el infante Hermes robó varias de sus vacas y las llevó a una cueva en los bosques cercanos a Pilos, borrando sus huellas. En la cueva encontró una tortuga, la mató y vació el caparazón sacando las entrañas. Usó los intestinos de una de las vacas y el caparazón de la tortuga para hacer la primera lira. Apolo se quejó a Maia de que su hijo había robado su ganado, pero Hermes ya había vuelto a las mantas en las que ella le había dejado haciéndose pasar por dormido, por lo que Maia rehusó creer las afirmaciones de Apolo. Zeus intervino y afirmando haber visto los hechos, secundó a Apolo. Entonces Hermes empezó a tocar música en la lira que había inventado. Apolo, un dios de la música, se enamoró del instrumento y ofreció permitir el intercambio del ganado por la lira. Así, Apolo se convirtió en un maestro de la lira.



Origen del mito de Delfos




Apolo y su desafiante Marsias


Cuatro días después de su nacimiento, Apolo mató al dragón ctónico Pitón, que vivía en Delfos junto a la fuente de Castalia. Esta fuente era la que emitía los vapores causantes de que el oráculo de Delfos hiciese sus profecías. Hera envió a la serpiente para perseguir y matar a Leto por todo el mundo. Para proteger a su madre, Apolo suplicó a Hefesto un arco y flecha. Tras recibirlos, Apolo arrinconó a Pitón en la cueva sagrada de Delfos.[30]​ Apolo mató a Pitón pero fue castigado por ello, ya que Pitón era un hijo de Gea.


Hera envió entonces al gigante Ticio a matar a Leto. Esta vez Apolo fue ayudado por su hermana Artemisa en la protección de su madre. Durante la batalla Zeus cedió finalmente su ayuda y arrojó a Ticio al Tártaro. Allí fue sujetado al suelo de roca, cubriendo nueve acres, y una pareja de buitres le comían el hígado diariamente.



Duelos musicales



  • En una ocasión Pan tuvo la audacia de comparar su música con la de Apolo, y de retar a este, el dios de la cítara, a una prueba de habilidad. Tmolo, el dios montaña, fue elegido árbitro. Pan sopló sus flautas, y con su rústica melodía dio gran satisfacción a él mismo y solamente a su ferviente seguidor, el rey Midas que estaba presente. Entonces Apolo pulsó las cuerdas de su lira. Tmolo inmediatamente declaró vencedor a Apolo, y todos (salvo Midas) estuvieron de acuerdo. Este disintió, y cuestionó la justicia del fallo. Apolo no quiso volver a sufrir tan depravado par de oídos, e hizo que sus orejas se le convirtieran en orejas de burro.


  • Marsias era un sátiro que desafió a Apolo a un concurso de música. Había encontrado un aulos (flauta de dos tubos) en el suelo, que había tirado la diosa Atenea tras inventarlo porque hacía que sus mejillas se hinchasen. El concurso fue juzgado por las Musas. Después de que cada uno tocase, ambos eran considerados iguales, hasta que Apolo decretó que se tocara y cantase al mismo tiempo. Como él tocaba la lira, podía hacerlo, pero el aulos es un instrumento de viento. Marsias se vio derrotado, por lo tanto Apolo fue declarado vencedor. Apolo desolló vivo a Marsias en una cueva cerca de Calaenae en Frigia por su hibris (orgullo desmedido) al desafiar a un dios. Su sangre derramada se convirtió en el río Marsias. Otra versión es que Apolo tocó su instrumento del revés, cosa que Marsias tampoco podía hacer, por lo que Apolo le colgó de un árbol y lo despellejó vivo.[31]


  • Apolo también compitió en un concurso de lira con Cíniras, su hijo, quien se suicidó tras perder.


La Guerra de Troya





Apolo protegiendo al ejército troyano. La Ilíada cuenta que Afrodita y Ares lucharon junto a él


Aunque en un primer momento, su padre Zeus pidió a sus hijos dioses que no interviniesen en la guerra de Troya, estos terminaron finalmente participando, divididos en ambos bandos. Apolo y Afrodita convencieron a Ares que luchase del lado troyano, puesto que dos de los hijos de Apolo formaban parte del lado troyano, Héctor y Troilo.


En la Ilíada, Apolo interfirió ante el insulto de Agamenón a Crises, uno de sus sacerdotes, cuya hija Criseida había sido secuestrada. Crises fue instado a retirarse lejos de los aqueos, quien en su retirada solitaria, en llantos imploró al dios Apolo ante tal injusticia, a lo que Apolo inundó el campamento aqueo de flechas infectadas, y exigió su liberación. Los aqueos terminaron por ceder, provocando indirectamente la furia de Aquiles.


Apolo ayudó a Paris a matar a Aquiles guiando la flecha de arco hasta el talón de este, en venganza por el sacrilegio de Aquiles al matar a Troilo y Héctor, hijos de Apolo.



Las musas de Apolo



En la mitología griega, las musas (en griego antiguo μοῦσαι «mousai») son las divinidades inspiradoras de las Artes, y cada una de ellas está relacionada con ramas artísticas y del conocimiento. Hijas de Zeus, compañeras del séquito de Apolo, dios de la música y patrón de las bellas artes, quien tuvo romances con cada una de ellas, dejando descendientes. Bajaban a la tierra a susurrar ideas e inspirar a aquellos mortales que las invocaran. Alrededor de los siglos VIII-VII a. C.​ prevaleció en todo el territorio de la Hélade la adoración de las nueve Musas, que son Calíope, Clío, Erato, Euterpe, Melpómene, Polimnia, Talía, Terpsícore y Urania. De la palabra musa proviene la palabra música. Fueron de vital importancia para el desarrollo artístico en la Antigua Grecia.




Amantes, consortes y descendencia



Según las fuentes clásicas, Pausanias, Apolonio de Rodas, Píndaro y Plinio el Viejo, Apolo, el eterno kuros imberbe, tuvo al menos un centenar de hijos, producto de sus innumerables amoríos, se contabilizan al menos tres dígitos de amantes mujeres, de cuya descendencia se destacan Orfeo (héroe citaredo), Asclepio (venerado como uno de los más importantes iconos de la medicina clásica), y toda una larga serie, varios han dado nombre a ciudades, o reyes. Algunas de sus compañeras han sido:[32][33][34][35][36][37][38][39][40][41][42][43]




Una de las tantas esculturas de Apolo y Dafne (Barockgarten Grosssednitz)




Apolo y Artemisa




Apolo, en Sans Souci.




Apolo, Museo de Berlín.


































































































































































































































































































Amante
Hijo

Acacalis
Anfitemis
Naxos
Filácides
Filandro
Acanta
-

Aganipe
Chios
Alcíope
-

Anfisa
-
Anchiale
Oaxes
Areia

Mileto

Arsínoe

Asclepio

Eriopis


Astícoma
Eumolpo
Babiló
Arabus

Bolina
-

Calíope (musa de Apolo)

Orfeo

Lino (?)


Ialemo



Calipso
-

Casandra
-

Castalia
-

Celena

Delfos
Crisortea

Coronis (rey de Sición)

Crisotemis
Partenos

Coronis
-

Coricia

Lícoro

Creusa

Ion

Cirene (epónimo de la ciudad)

Aristeo

Idmón


Autuquio


Danais
Los Curetes (9 hijos)

Dafne
-
Dia

Dríopes (tribu Fócida)

Dríope (hija de los Dríopes)
Amfiso (fundador de Amfisa)
Deione
-
Eftía
Dorus

Leódoco


Polípotes



Erato (musa de Apolo)

Tamiris

Estilbe
Aeno

Centauro (?)


Lápites



Etusa

Eleuter
Eubea (epónimo de la isla)

Argeo

Evadne (hija de Poseidón)

Yamo
Filonis
-

Grine (amazona)
-

Hécate

Escila (epónimo de la isla)

Hécuba

Troilo (héroe de Troya)

Héctor (héroe de Troya)



Hestía
-

Hipermnestra
Amfíaro
Hipsípila
-
Hiria

Cicno
Isse
-

Leuconoe (hija de Lucifer, "Fósforus")

Filamón

Leucótoe
-
Licia
Eucadio

Pátaro



Manto

Mopsos

Marpesa
-

Melena
-

Melia (oceánide)

Ismeno

Ténero



Ocírroe
-

Othreis
Fágero
Parmesia
Cinea

Parténope

Licómedes
Prótoe
-

Proclia
Tenes

Psámate (hija de Crótopo)

Lino (?)

Quione

Filamón
Retia
-

Roeo (madre de Jasón)

Anio (sacerdote de Apolo)
Rodesia
Ceos (epónimo de la isla)
Ródope
Cicón (epónimo de la tribu Cícones)
Silis (epónimo de la isla)

Zeuxipo

Sínope (epónimo de la región)

Sirio (epónimo del país)

Talía (musa de Apolo)
Los Coribantes
Temisto
Galeotes

Telmeso



Terpsícore

Lino (?)

Tera
Querón (epónimo de Queronea)

Thyia

Delfos (?)

Urania (musa de Apolo)

Lino (?)
Urea (hermana de Poseidón)
Ileo

Hijos de madres desconocidas


Hijos de madre desconocida: Acraefo (epónimo de la ciudad Acréfia) Cíniras, Erimanto, Femónoe, Karicio, Marato (epónimo de Maratón), Megaro, Melaneo, Oncio, Piso (fundador de Pisa), Trofonio. Apolo también tuvo tres hijas musas, llamadas Apolonis, Boristenis y Cefiso





Apolo citaredo



Mitos




  • Acanta, fue otro de sus romances, el espíritu del árbol de acanto. Tras su muerte, fue transformada por Apolo en una hierba amante del sol.


  • Calipso, ninfa hija del titán Atlas. Fue cortejada por Apolo, pero sin dejar descendencia. Luego de la Titanomaquia, cuando los titanes fueron derrotados por los dioses olímpicos, estos castigaron a Calipso enviándola a la isla de Ogigia. Según Homero, Calipso enamoró a Odiseo, pero este volvió con Penélope. Tras permanecer en soledad, Calipso se dejó morir de pena.


  • Casandra, de quien Apolo también se enamoró. Hija de Hécuba y Príamo, y hermanastra de Troilo. Apolo prometió a Casandra el don de la profecía solo para lograr seducirla, pero ella al enterarse de las impuras intenciones del dios, le rechazó. Enfurecido, Apolo en lugar de quitarle el don, le concedió la maldición de que nadie creyera jamás sus predicciones, así predijo la caída de Troya.


  • Castalia era una ninfa a quien Apolo amaba. Castalia huyó de él y se zambulló en la fuente que había en Delfos al pie del monte Parnaso, que desde entonces se llama fuente de Castalia. El agua de esta fuente era sagrada: se usaba para limpiar los templos de Delfos y también inspiraba a los poetas.


  • Cirene. con quien tuvo un hijo llamado Aristeo, que se convirtió en el dios patrón del ganado, los árboles frutales, la caza, la agricultura y la apicultura. También fue un héroe de la cultura que enseñó a la humanidad las técnicas de la ganadería lechera y el uso de redes y trampas en la caza, así como el cultivo de los olivos.


  • Coronis, hija de Flegias, rey de los lapitas, fue otra de las amantes de Apolo. Embarazada de Asclepio, Coronis se enamoró de Isquis, hijo de Élato. Un cuervo informó a Apolo de esta aventura. Al principio no lo creyó y volvió negros a todos los cuervos (que antes eran blancos) como castigo por divulgar mentiras. Cuando descubrió la verdad envió a su hermana, Artemisa, a matar a Coronis (en otras versiones, el propio Apolo había matado a Coronis). Como resultado también hizo sagrados a los cuervos y les otorgó la tarea de anunciar muertes importantes. Apolo rescató al bebé de la pira funeraria de Coronis y se lo dio al centauro Quirón para que lo criase. Flegias se enfureció tras la muerte de su hija e incendió el templo de Apolo en Delfos, por lo que Apolo le mató.


  • Creúsa. En la obra de Eurípides titulada Ion, Apolo engendraba a Ion con Creúsa, que era esposa de Juto. Creúsa abandonó a Ion en el bosque, pero Apolo pidió a Hermes que salvase al niño y lo llevase al oráculo de Delfos, donde fue criado por una sacerdotisa.



  • Dafne. Para explicar la relación de Apolo con Dafne, el árbol de laurel cuyas hojas usaban su sacerdotisas en Delfos, fue recogida por Libanio, un profesor y rétor del siglo IV,[44]​ que Apolo persiguió a una ninfa que lo había desdeñado: Dafne, hija de Peneo. En el relato de Ovidio para el público romano, Apolo Febo se burla de Cupido por jugar con un arma propia de hombres, lo que hace que este le hiera con una flecha dorada; simultáneamente, sin embargo, le había disparado una flecha de plomo a Dafne, haciendo que esta sintiese repulsión hacia Apolo. Tras una fogosa persecución, Dafne rezó a la Madre Tierra —o alternativamente a su padre, un dios río— pidiendo ayuda, y esta le transformó en un árbol de laurel, consagrado a Apolo.



  • Hécuba, era la esposa del rey Príamo de Troya, Con Hécuba, Apolo tuvo un hijo llamado Troilo. Un oráculo profetizó que Troya no sería derrotada siempre que Troilo llegase a cumplir los veinte años de vida. Cayó en una emboscada y fue asesinado por Aquiles.


  • Las Nueve Musas inspiradoras (todas hijas de Zeus), tuvieron romances con Apolo. Calíope (musa de la poesía), con quien tuvo dos hijos, el célebre Orfeo y Ialemo, Con la musa Erato tuvo otro hijo, de nombre Tamiris. Con Terpsícore o Urania[45]​ tuvo otro hijo llamado Lino. Sus vívidas características anecdóticas han hecho a varias de ellas favoritas de los pintores desde el Renacimiento.




  • Leucótoe. Apolo tuvo una aventura con esta princesa mortal, hija de Órcamo y hermana de Clitia. Leucótoe amó a Apolo, quien se había disfrazado como su madre para lograr acceder a sus aposentos. Clitia, celosa de su hermana porque quería a Apolo para sí, contó a Órcamo la verdad, traicionando las confidencias y la confianza de su hermana. Enfurecido, Órcamo ordenó que Leucótoe fuese enterrada viva. Apolo se negó a perdonar a Clitia por traicionar a su amada, y ésta, afligida, se marchitó y lentamente murió. Apolo la transformó en una planta de incienso, o bien en un heliotropo o girasol, que sigue al sol cada día.


  • Marpesa fue secuestrada por Idas pero también fue amada por Apolo. Zeus le hizo escoger entre ambos, y Marpesa escogió a Idas razonando que Apolo, siendo inmortal, terminaría cansándose de ella cuando envejeciera.


  • Quíone, con quien engendró a Filamón. Quíone era una hija mortal de Dedalión. Cuando su hija murió, Dedalión se arrojó desesperado desde el monte Parnaso, pero Apolo evitó su muerte transformándolo en gavilán.


  • Reo, descendiente de Dioniso, con quien Apolo tuvo un romance y un hijo, Anio. Anio fue rey de la isla de Delos.


  • Sínope, hija de Ares. Por incentivo de Afrodita y su hijo Eros, Apolo la rapta y como producto de ello, tienen un hijo, Sirio. Sirio llegaría a ser rey de lo que en su honor se conocería como Siria.





Apolo y la ronda de Musas


Además de la amplia lista de mujeres amantes, entre los amantes que se atribuyen a Apolo se encuentran dos jóvenes varones:[46]




  • Jacinto. Hijo de su musa Clio y Pierus, era un joven príncipe espartano bajo tutela de Apolo.en las artes y el atletismo. Mientras ambos practicaban el lanzamiento de disco, un disco lanzado por Apolo fue desviado de su trayectoria por Céfiro y golpeó a Jacinto en la cabeza, matándole al instante. Cuando el joven murió, Apolo sintió tanto dolor que convirtió a Céfiro en viento para que nunca volviera a tocar ni hablar a nadie. De la sangre de Jacinto, Apolo creó la flor llamada como él en tributo, sus lágrimas mancharon los pétalos con marcas en forma de άί άί, que significa ‘¡ay, ay!’, como símbolo del eterno lamento. El Festival de Jacinto (Jacintias) era una celebración tradicional en Esparta.


  • Cipariso, un descendiente del semidiós Heracles. Apolo le regaló un hermoso ciervo domesticado como compañero, pero Cipariso lo mató accidentalmente con un pilum cuando este yacía dormido entre la maleza. Cipariso pidió entonces a Apolo que hiciera que sus lágrimas rodasen eternamente. Apolo accedió a la petición transformándole en un ciprés, del que se dice que es un árbol representativo de la tristeza porque su savia forma gotas que asemejan lágrimas en el tronco.



Epítetos y títulos de culto griego






Apolo de Mantua, de un original de Polícleto, siglo V a. C.


Apolo, como otras deidades griegas, tenía cierto número de epítetos que le eran aplicados para reflejar la diversidad de papeles, dones y aspectos adscritos a él. Sin embargo, aunque tenía un gran número de apelativos en la mitología griega, solo unos pocos aparecen en la literatura latina. Entre sus epítetos se cuentan:


  • Como dios de la luz y del Sol:


    • Egletes (‘radiante’);[47]


    • Febo (‘brillante’), el más común en la literatura latina;


    • Liceo (Λυκειος, ‘luminoso’),[48]​ para Apolo en el contexto de dios del sol o de la luz.



  • Como dios de la música:
    • Citaredo


  • Como dios de la medicina y la curación:


    • Acestor (Ακέστωρ, ‘sanador’);[49]


    • Acesio (Ακεσιος, ‘sanador’), bajo el que era adorado en Elis, donde tenía un templo en el ágora;[50]


    • Agieo (Ἀγυιεύς), como protector de carreteras y hogares;


    • Alexicaco (Άλεξίκακος, ‘el que aparta la desgracia’);


    • Apotropeo (‘el que aparta el mal’);


    • Averruncus (‘que aparta los males’), epíteto latino;


    • Iatros (Ιατρος, ‘médico’);


    • Medicus (‘médico’), epíteto latino; en Roma había un templo dedicado a Apollo Medicus, probablemente junto al de Belona.



  • Como dios de las plagas y defensor contra ratas y langostas:


    • Culicarius (‘que aparta los mosquitos’), epíteto latino;


    • Esminteo (Σμινθειος, ‘cazador de ratones’);


    • Parnopio (Παρνοπιος, ‘saltamontes’).



  • Como dios del tiro con arco:


    • Aphetoros (‘dios del arco’);


    • Argurotoxos (Άργυρότοξος, ‘del arco de plata’);


    • Arcitenens (‘que lleva el arco’), epíteto romano;


    • Hekaergos (Έκάεργος, ‘que se deshace lejos’), referido a sus flechas;


    • Hekebolos (Έκηϐόλος, ‘que dispara lejos’).



  • Como dios pastoral de la ganadería:


    • Licio (Λυκιος, ‘matador de lobos’) o Lykegenes (‘nacido de una loba’);


    • Nomios (‘vagabundo’).



  • Como dios de los colonos:


    • Arcageta (Αρχηγετης, ‘director de la fundación’), por ser fundador de las murallas de Megara;


    • Clario (Κλαριος, del dórico κλαρος klaros, ‘asignación de tierra’), por su supervisión sobre las ciudades y las colonias.



  • Como dios de los oráculos:


    • Cintio, proveniente de su nacimiento en el Monte Cinto de Delos;


    • Cirreo, por Cirria, localidad cercana de Delfos;


    • Clario (Κλαριος) por el santuario que tenía en Claros, Jonia (oráculo de Colofón);


    • Delfinio (Δελφινιος, ‘del útero’), que asocia a Apolo con Delphoi (Delfos); una etiología en los himnos homéricos asocia este epíteto con los delfines;


    • Licio (Λυκιος, ‘de Licia’) o Lykegenes (‘nacido en Licia’), donde algunos postulan el origen de su culto;


    • Pitio (Πυθιος, ‘pítico’), de Πυθο Pytho, nombre homérico de Delfos;


    • Timbreo (Θυμβριος) por el templo que tenía en Timbra.



  • Como dios de la profecía:


    • Coelispex (‘que observa el cielo’), epíteto romano;


    • Loxias (Λοξίας, ‘oblicuo’), por los oráculos tan ambiguos.



  • Como jefe de musas y ninfas:


    • Musageta (Μουσαγέτης, ‘jefe de las musas’);


    • Ninfageta (‘jefe de las ninfas’);


    • Lesquenorio, del latín leschis, porque presidía las asambleas poéticas y musicales y las reuniones de las musas.[51]



  • En relación a ciudades y regiones:


    • Abeo, epíteto derivado de la ciudad focídea de Abas, donde el dios tenía un suntuoso templo.[52]


    • Acrefio, epíteto con el que se le adoraba en la ciudad beocia de Acrefia, supuestamente fundada por su hijo Acrefeo;


    • Actiaco, epíteto que se le daban en el Actium, uno de sus principales lugares de culto.[53]



  • En relación a personajes:

    • Ismeno (Ἰσμηνιός, Ismēnios, literalmente, "de Ismeno") por Ismeno, hijo de Anfión y Níobe, a quien mató con una flecha.



Culto en otras regiones



Culto romano





Apolo Kitharoidos, siglo I a. C.


Los romanos adoptaron el culto a Apolo de los griegos con bastante posteridad, absorbiendo de manera tardía la influencia cultural de las colonias helénicas, que estaban ubicadas al sur de la península itálica (la magna Grecia), construyéndose el primer templo de Apolo en Roma en el siglo V a. C., cuando el culto helénico llevaba ya cientos de años. Como dios genuinamente griego, Apolo no tenía equivalente directo en la mitología romana, aunque los poetas posteriores aludieron frecuentemente a él como Febo.


Había una tradición en la que el oráculo délfico era consultado tan temprano como en el periodo de los reyes romanos durante el reinado de Tarquinio el Soberbio.[54]​ Con motivo de una peste en 430 a. C., se estableció en Roma el primer templo en los campos Flaminios, reemplazando un antiguo lugar de culto conocido allí como el Apollinare.[55]​ Durante la segunda guerra púnica en 212 a. C. los Ludi Apollinares (‘Juegos Apolíneos’) fueron instituidos en su honor, siguiendo las instrucciones de una profecía atribuida a un tal Marcio.[56]​ En la época de Augusto, que se consideraba a sí mismo bajo la especial protección de Apolo, su culto se desarrolló y se convirtió en uno de los principales dioses de Roma.[57]​ Tras la batalla de Actium, que se libró cerca de un santuario de Apolo, Augusto amplió su antiguo templo, dedicó una porción del botín a él e instituyó juegos quinquenales en su honor.[58]​ También mandó erigir un nuevo templo dedicado a Apolo en el monte Palatino.[59]​ Los sacrificios y oraciones en el Palatino dedicados a Apolo y Diana constituían la culminación de los juegos seculares, celebrados en 17 a. C. para conmemorar el inicio de una nueva era.[60]



Culto celta



Apolo fue adorado en todo el Imperio romano. En los territorios tradicionalmente celtas era considerado habitualmente un dios solar y de la curación. A menudo era equiparado con dioses celtas de características similares.[61]




Apolo del Tíber.



Epítetos y títulos




  • Apolo Atepomarus (‘gran jinete’ o ‘dueño de un gran caballo’). Bajo este nombre Apolo fue adorado en Mauvrieres (Indre). En el mundo celta los caballos estaban estrechamente relacionados con el sol.[62][63][61]


  • Apolo Belenus (‘brillante’). Este epíteto se dio a Apolo en zonas de Galia, norte de Italia y Nórico (actual Austria). Apolo Belenus era un dios solar y de la curación.[64][65][66][67][68]


  • Apolo Cunomaglus (‘señor de los perros de caza’). Título dado a Apolo en un altar de Wiltshire. Apolo Cunomaglus pudo haber sido un dios de la curación. El propio Cunomaglus pudo haber sido originalmente un dios de la sanación independiente.[69]


  • Apolo Grannus, que originalmente fue un dios primaveral de la curación, más tarde equiparado con Apolo.[70][71][72]


  • Apolo Maponus. Conocido gracias a inscripciones halladas en Inglaterra, este dios puede ser una fusión local de Apolo y Maponus.


  • Apolo Moritasgus (‘masas de agua marina’). Epíteto dado a Apolo en Alesia, donde fue adorado como dios de la curación y, posiblemente, de los médicos.[73]


  • Apolo Vindonnus (‘luz clara’). Tuvo un templo en Essarois, cerca de Châtillon-sur-Seine (Borgoña). Fue un dios de la curación, especialmente de los ojos.[71]


  • Apolo Virotutis (quizá ‘benefactor de la humanidad’). Fue adorado, entre otros lugares, en Fins d'Annecy (Alta Saboya) y en Jublains (Maine y Loira).[72][62]



Otros mitos



Admeto


Cuando Zeus abatió al hijo de Apolo, Asclepio, con un rayo por resucitar a Hipólito de entre los muertos (transgrediendo así a Temis al robar súbditos de Hades), Apolo mató en venganza a los Cíclopes, que habían creado el rayo de Zeus. Apolo debía haber sido desterrado al Tártaro para siempre, pero fue en su lugar condenado a un año de trabajo forzado como castigo, gracias a la intercesión de su madre, Leto. Durante este tiempo trabajó como pastor para el rey Admeto de Feres en Tesalia. Admeto trató bien a Apolo por lo que a cambio este le concedió grandes beneficios.


Apolo ayudó a Admeto a ganar a Alcestis, la hija del rey Pelias y más tarde convenció a las Moiras para que permitiesen a Admeto vivir más tiempo del que le correspondía si algún otro ocupaba su lugar. Pero cuando llegó la hora de su muerte, sus padres, que él había asumido que estarían dispuestos a morir gustosamente en su lugar, rehusaron cooperar. En cambio, Alcestis tomó su lugar, pero Heracles consiguió «persuadir» a Tánatos, el dios de la muerte, para que la devolviera al mundo de los vivos.



Níobe





Apolo Febo en su carruaje.


Níobe, una reina de Tebas y esposa de Anfión, alardeó de su superioridad sobre Leto porque había tenido catorce hijos (los Nióbidas), siete varones y siete mujeres, mientras Leto había tenido solo dos. Apolo mató a sus hijos mientras estos practicaban atletismo, a pesar de sus súplicas, y Artemisa a sus hijas. Apolo y Artemisa usaron flechas envenenadas para matarlos, aunque según algunas versiones del mito algunos de los Nióbidas fueron perdonados (Níobe, luego llamada Cloris). Anfión, al ver a sus hijos muertos, se suicidó o fue asesinado por Apolo tras jurar venganza. Una desolada Níobe huyó al monte Sípilo en Asia Menor y se convirtió en piedra mientras lloraba. Sus lágrimas formaron el río Aqueloo. Zeus había convertido a todos los habitantes de Tebas en piedra, por lo que nadie enterró a los Nióbidas hasta el noveno día tras su muerte, cuando los propios dioses les dieron sepultura.



  • Apolo dio a Orestes, a través del oráculo de Delfos, la orden de matar a su madre, Clitemnestra, y al amante de esta, Egisto. Orestes fue ferozmente castigado por este crimen por las Erinias, quienes le persiguieron incansablemente hasta hacerle pedir la intercesión de Atenea, quien decretó que fuese juzgado por un jurado de sus iguales, con Apolo como defensor.

  • En la Odisea, Odiseo y el resto de la tripulación superviviente desembarcaron en una isla consagrada a Helios, el dios sol, que guardaba en ella ganado sagrado. Aunque Odiseo les advirtió para que no lo hicieran (como Tiresias y Circe le habían dicho), sus hombres mataron y comieron parte del ganado, por lo que Helios hizo que Zeus destruyese el barco y a todos sus tripulantes salvo a Odiseo..



Culto en la actualidad


Su culto se conserva con el resurgimiento del helenismo, un movimiento religioso que evoca las prácticas religiosas y tradiciones de la Antigua Grecia.



Apolo en la cultura contemporánea




Apolo con un halo radiante que representa al Sol, en un mosaico de Cartago (El-Djem, Túnez, s. II.)


Percy Bysshe Shelley compuso un Himno de Apolo (1820), y su instrucción de las Musas fue el tema de Apolo Musageta (1927–1928) de Stravinski.


El nombre Apolo permanece vigente, apareciendo a menudo en el arte, la ciencia y la literatura contemporáneos, donde su nombre o imagen es representado en nombres de personas, empresas, negocios, numerosos y diversos rubros artísticos y literarios, proyectos científicos, como la Nasa (proyecto Apolo); teatros y cines con su nombre abundan, especialmente en España, como:el Apolo de Madrid, Apolo de Murcia, Apolo de Barcelona, Apolo de Miranda de Ebros, salas en Europa como Opeth Apolo, salas de cine Apolo (Bosnia), Apolo Cinema (Tbilisi) el complejo de cines Münster, parques y plazas (Apolo de Vratislava, parque Apolo de Cartagena), el Apolo Center, casa de instrumentos y academias de música (Apolo Música, Musical Apolo, Apolo Cítaras, en América del Sur), el Hammersmith Apollo (Londres, Inglaterra) bandas de rock (los uruguayos Hijos de Apolo, y Apolo Rocks de Argentina), el coro Apolo de la ciudad de Loretto en Italia, el listado puede ser interminable.


Acerca del Gran Colisionador de Hadrones (en inglés, Large Hadron Collider, LHC), de su emplazamiento entre Suiza y Francia, existe una leyenda o teoría de conspiración en la cual se destaca la relacionada con su ubicación en Saint-Genis-Pouilly, una comuna francesa en la región de Ródano-Alpes. Muchos apuntan a que el lugar escogido no es casual, debido a que 'Pouilly' viene del latín 'Appolliacum' y se cree que en la época romana existía en ese lugar un templo en honor a Apolo con una puerta de entrada al inframundo.[74]



Véase también



  • Dioses olímpicos

  • Oráculo de Delfos

  • Helenismo (religión)

  • Apolo y Dafne

  • Categoría:Apolo (ópera)



Notas




  1. Para la iconografía del tipo Alejandro-Helios, véase Hoffmann, H. (1963). «Helios». Journal of the American Research Center in Egypt 2: 117-23.  Compárese con Yalouris (1980), n.º 42.


  2. «Apolo no tiene origen griego sino anatolio. El luvita Apaliuna parece haber viajado al oeste desde el lejano oriente. El hurrita Aplu era un dios de las plagas y se parece al dios ratón Apolo Esmínteo. El propio Aplu parece derivar del babilónico Aplu, que significa ‘hijo de’, un título que se otorgaba al dios babilónico de las plagas Nergal (hijo de Enlil)».[15]



Referencias




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  2. Makrides, Vasilios. Hellenic Temples and Christian Churches: A Concise History of the Religious Cultures of Greece from Antiquity to the Present. New York University Press, 2009. pp. 149-151


  3. Vignoli, Tito. Myth and Science: An Essay. Echo Library, 2007. p. 147


  4. Mandon, Christian. Apollon L'Européen. Racines et Traditions en Pays d'Europe. Online


  5. Cosgrove, Denis E. Apollo's Eye: A Cartographic Genealogy of the Earth in the Western Imagination. The Johns Hopkins University Press, 2001. pp. x-xi


  6. Benchimol, Márcio. Apolo e Dionísio: arte, filosofia e crítica da cultura no primeiro Nietzsche. Volumen 214 de Selo universidade. Annablume, 2003. pp. 65-70


  7. La sugerencia ἁπλοῦν es repetida por Plutarco en sus Moralia en el sentido de ‘unidad’ (literalmente, ‘privado de la multitud’).


  8. Stamatellos, Giannis. Plotinus and the presocratics: a philosophical study of presocratic influences in Plotinus' Enneads. SUNY series in ancient Greek philosophy. New York: State University of New York Press, 2007. pp. 36-38


  9. Bernal, Martin. Black Athena: the Afroasiatic roots of classical civilization. Rutgers University Press, 1987. pp. 455-462


  10. Nagy, Gregory. Homer's text and language. University of Illinois Press, 2004. pp. 140-142


  11. ab Burkert, W. (1985). Greek Religion. Harvard University Press. pp. 143-4. 


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  15. Croft, J. (26 de mayo de 2003). «Apaliuna and the mouse that killed the serpent». Ancient Near East (en inglés). Consultado el 2 de noviembre de 2007.  (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial y la última versión).


  16. Homero, Ilíada v.401, 900.


  17. Homero, Ilíada i, 473; v, 401; v, 899


  18. Hesíodo (2000). Obras y Fragmentos. Madrid: Editorial Gredos. frag. 307. ISBN 84-249-2462-2. 


  19. Heródoto i.46.


  20. Luciano, De Dea Syria 35–37.


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  27. abc Troso, Cristina (2004): «Heraklion» y «Dreros», en Maggi, Stefano; Troso, Cristina (2006). Guías de arte y viajes: Los tesoros de Grecia. Madrid: Libsa. pp. 565 y 579. ISBN 84-662-1336-8. 


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  32. Apolonio de Rodas (Siglo III-IV a. C.). Argonáuticas. 


  33. Pausanias (Siglo II a. C.). Descripción de Grecia. 


  34. Focio. Lexicón. 


  35. Plinio el Viejo (Siglo I d. C). Naturalis Historia. 


  36. Píndaro (Siglo VI-V a. C.). Pithian Ode. 


  37. Servio. Eneida. 


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Fuentes


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        • Texto griego en Wikisource.





  • Ovidio: Las metamorfosis, X, 162 – 219 (Jacinto).
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  • Pausanias: Descripción de Grecia, III, 1, 3; III, 19, 4.
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Bibliografía




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Enlaces externos




  • Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Apolo.


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  • «Apollo» en Greek Mythology Link (en inglés)



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  • Apolo y la Sibila de Cumas: iconografía y referencias.


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      • Texto bilingüe griego - inglés en Internet Archive; facsímil electrónico de la ed. de 1914 de Hugh Gerard Evelyn-White de obras de Hesíodo y de Homero en la Loeb Classical Library.


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          • Texto griego del Himno a Apolo Pitio (Εἲς Ἀπόλλωνα [Πύθιον]); en Wikisource.








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      • Texto bilingüe griego - inglés: facsímil de la ed. de 1914 de H.G. Evelyn-White.

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      • Texto inglés en el Proyecto Perseus, con las características indicadas antes.


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    • Comentario en inglés, con índice electrónico, en el Proyecto Perseus.




  • La estructura del "Himno Homérico a Apolo": texto en PDF en el sitio de la Universidad Complutense de Madrid.


  • Iconografía de Apolo y las musas en el arte antiguo y sus pervivencias en el arte occidental; archivo en PDF.


  • Higino: Fábulas (Fabulae).

    • 161: Los hijos de Apolo (Apollinis filii).

      • Texto inglés en Theoi.


        • Texto latino en el sitio de la Bibliotheca Augustana (Augsburgo).

        • Ed. de 1872 en Internet Archive: texto latino en facsímil electrónico.




    • 165: Marsias (Marsyas).

      • Texto inglés en Theoi.


        • Texto latino en el sitio de la Bibliotheca Augustana.

        • Ed. de 1872 en Internet Archive: texto latino en facsímil electrónico.







  • Calímaco: Himno a Apolo.

    • Texto bilingüe griego-español (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial y la última versión). en PDF; pág. 21 de la reproducción electrónica.


      • Texto griego en el Proyecto Perseus; ed. de Ulrich von Wilamowitz-Moellendorff. Empleando el rótulo activo "load", que se halla en la parte superior derecha, se obtiene ayuda en inglés con el vocabulario griego del texto.


      • Texto griego en el Proyecto Perseus; ed. de A.W. Mair.





  • Himnos órficos, 33: A Apolo.


    • Texto inglés en Theoi; trad. de 1792 de Thomas Taylor (1758 – 1835).


    • Texto inglés: otra edición, en el sitio Sacred Texts.




  • Eratóstenes: Catasterismos (Καταστερισμοί).
    • 29: Saeta (Τόζόν, Βέλος; Sagitta): la flecha que disparó Apolo a los Cíclopes en venganza por que su hijo Asclepio hubiera sido fulminado por Zeus con uno de los rayos fabricados por ellos.

      • Texto latino en Google Books; facsímil electrónico.

        • Texto griego en Internet Archive; facsímil electrónico.




  • Higino: Astronomía poética (Astronomica).
    • 15: Saeta.

      • Texto inglés en el sitio Theoi; trad. de 1960 de Mary Grant.




  • Sobre el santuario de Apolo Delfinio (Mileto), en el Proyecto Perseus; en inglés.


  • Apolo en el Proyecto Perseus.



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