Junta Suprema Central







Con las abdicaciones de Bayona, Napoleón se hizo con el trono de Carlos IV y Fernando VII. Sin embargo, la idea de que los Bonaparte querían transformar España en un estado mas parecido al francés llevaron a un rey con apenas experiencia a convertirse en «El Deseado» por parte del pueblo español.


La Junta Suprema Central fue un órgano formado en septiembre de 1808 que acumuló los poderes ejecutivo y legislativo españoles durante la ocupación napoleónica de España. En ella había representantes de las Juntas que se habían formado en las provincias españolas. La Junta que se formó en la provincia de Sevilla el 27 de mayo de 1808 se llamó en un comienzo Junta Suprema de España e Indias y tuvo un papel importante en la resistencia militar del sur de España, así como en la comunicación con Inglaterra y con las colonias americanas. La Junta Suprema Central pasaría a llamarse en 1810 Consejo de Regencia de España e Indias.




Índice






  • 1 Invasión napoleónica


  • 2 Levantamiento en España


  • 3 Junta Suprema de España e Indias


    • 3.1 La batalla de Bailén




  • 4 Junta Suprema Central


    • 4.1 Formación oficial de la Junta Central de Sevilla


    • 4.2 Miembros de la Junta Central


    • 4.3 Evolución de la Junta Central durante la Guerra de la Independencia Española




  • 5 Consejo de Regencia de España e Indias


    • 5.1 Tercera Junta de regencia




  • 6 Referencias


  • 7 Véase también


    • 7.1 Enlaces externos







Invasión napoleónica


En virtud del Tratado de Fontainebleau (1807), para invadir Portugal y repartirlo entre Francia y España, las tropas francesas entraron en la península ibérica, tomando el control del país. La presencia de tropas francesas en España, sin embargo, siguió aumentando y el pueblo comenzó a observarlas como algo amenazante, pues en lugar de continuar transitando hacia Portugal fueron ocupando, sin ningún respaldo del Tratado, diversas localidades como Burgos, Salamanca, Pamplona, San Sebastián, Barcelona o Figueras. El total de soldados franceses acantonados en España ascendía a unos 65 000, que controlaban no solo las comunicaciones con Portugal, sino también con Madrid, así como la frontera francesa.


Algunos autores no descartan la idea de un tratado oculto, del que no hay prueba alguna, por el que Manuel Godoy ya conocería que, según los planes del emperador, 100 000 soldados franceses ocuparían España. Esta ocupación «amistosa», no obstante, terminó por alarmar al propio Godoy. En marzo de 1808, temiéndose lo peor, la familia real se retiró a la localidad de Aranjuez para, en caso de necesidad, seguir camino hacia el sur, hacia Sevilla, después hacia Cádiz y, finalmente, embarcarse para América, como ya había hecho el Príncipe Regente de Portugal.


El 17 de marzo de 1808 se produjo el Motín de Aranjuez, que provocó la caída de Godoy, la abdicación de Carlos IV y la subida al trono de Fernando VII. Madrid fue ocupada por las tropas francesas del mariscal Murat (23 de marzo), que fue recibido por Fernando como aliado, confiando todavía en que Napoleón cumpliría el Tratado de Fontainebleau.


Pero el emperador ya había advertido que en España existía un claro vacío de poder político, pues tanto Carlos como Fernando acudían a él para pedir apoyo a sus respectivas pretensiones, a lo que hay que añadir la ventaja militar que le otorgaba la ocupación de numerosas plazas españolas por las tropas imperiales y la salida de las tropas españolas hacia Portugal. Tras convocar a padre e hijo a Bayona, adonde llegó Fernando el 20 de abril (dejando en Madrid como su representante a una Junta de Gobierno), y sus padres, Carlos IV y María Luisa de Parma, el 30 de abril, obtuvo de ellos la abdicación a su favor, el 5 de mayo de 1808, tras lo cual cedió la Corona a su hermano José I Bonaparte. Posteriormente, Fernando VII y su padre Carlos IV fueron retenidos por Napoleón y, posteriormente, llevados al Castillo de Valençay.



Levantamiento en España


El 2 de mayo de 1808 tuvo lugar un levantamiento popular y militar en Madrid contra los franceses, que se saldó con unos fusilamientos masivos por parte de las tropas napoleónicas. En este contexto revolucionario, surgieron entre mayo y junio juntas en muchas capitales de provincia de España, cada una con sus ejércitos, sus depósitos y sus finanzas.


El afrancesamiento del Consejo de Castilla, que aceptó en primer momento el mandato de Napoleón, provocó conflictos ideológicos con las juntas, cuyo poder aumentaba parejo al apoyo del pueblo, hasta que, finalmente, debió resignarse a que fueran estas, más numerosas, las que lograran la soberanía.



Junta Suprema de España e Indias






Francisco de Saavedra presidió la Junta Suprema de Sevilla durante la Guerra de la Independencia


El 27 de mayo de 1808 se creó la Junta de Sevilla, calificándose a sí misma como Junta Suprema de España e Indias, bajo la presidencia del prestigioso ex-secretario de Estado Francisco de Saavedra. Esto causó en otras juntas cierto desazón por lo presuntuoso del nombre. Sin embargo, este nombre dio una imagen de Unidad y de Sevilla como la capital de la España libre de los franceses. La Junta sevillana tendrá un periódico, la Gaceta Ministerial de Sevilla, donde dará cuenta de la formación de la junta y sus actividades. Saavedra de inmediato comienza a reorganizar el aparato del estado, así como a establecer un orden jerárquico con las otras Juntas peninsulares.


A nivel internacional decide enviar a Adrián Jácome, adepto al duque de Kent, y al jefe de escuadra, Juan Ruiz de Apodaca, a Londres a buscar la alianza con los ingleses. Estos salieron el 17 de junio del puerto de Cádiz en el navío inglés La Venganza.[1]


Al mismo tiempo envió a Cádiz a Eusebio de Herrera, Pedro de Creus y Enrique Macdonel para hablar con el almirante Cuthbert Collingwood. También se estudiaría que Inglaterra ayudara a evacuar a los soldados españoles de la Expedición española a Dinamarca, que habían sido enviados allí hace meses para ayudar a Napoleón. En el barco La Venganza iba también Don Rafael Lobo, al que se le dio la orden de pasar al Báltico para intentar ayudar a las tropas en territorio danés.[1]


El 1 de junio se envió a Portugal al comerciante Joaquín Rodríguez para que convenciera a los lusos de levantarse contra los franceses. Esto dio resultado y al poco tiempo vino a Sevilla el mejor regimiento español que había en Portugal.


También se enviaron misivas a América para explicarles la ocupación española y la resistencia de Sevilla, antes de que Napoleón les diera su versión de los hechos.[1]​ Al mismo tiempo, se pretendía mantener la lealtad de las distintas Juntas creadas en Ultramar recelosas ante los precipitados acontecimientos. A todo esto ayudaría el gran prestigio de que gozaba en América el Presidente de la Junta, tras su paso como Comisionado Regio e Intendente por aquellas latitudes. El resultado fue un éxito, obteniéndose socorros económicos desde América y el mantenimiento del comercio con el Puerto de Cádiz durante todo el conflicto.


El 6 de junio, la Junta bajo la presidencia de Saavedra emite la Declaración de Guerra al Emperador de Francia, Napoleón I. Inmediatamente el oficial francés Jean-Andoche Junot decidió desarmar a las tropas españolas pero fueron viniendo "a la deshilada" buena parte de esos Cuerpos. Los soldados españoles que había en Oporto, que aun eran más numerosos, partieron para Galicia. Los propios portugueses, sugeridos por la iniciativa, se rebelan contra los franceses y envían a varios comisionados del Alentejo a tratar del asunto con la Junta sevillana a pedir ayuda y ofrecieron además muchos puestos defensivos que tenían en el Guadiana. A comienzos de julio llegarían buenas noticias de Portugal. Todo el norte estaba en insurrección, en Oporto se había formado una Junta a semejanza de las españolas.[1]




Sello de Armas utilizado por la Junta de Sevilla en los papeles públicos


Las tropas napoleónicas fueron descendiendo hacia el Sur y ya pasaban Sierra Morena. Entonces la Junta sevillana enviaría infantería y caballería al comandante encargado de combatir a los franceses por aquella parte, Pedro Agustín Echévarri. Además se envió un pequeño tren con artillería y municiones y mulas cargadas a la defensa de Andalucía. Los españoles serían derrotados en Alcolea, y la noticia llegaría a Sevilla el 8 de junio, generando alarma entre la población.


Sin embargo, en Sevilla, Francisco de Saavedra continuó con sus esfuerzos organizando tropas y cuestiones políticas. Decide enviar una posta al que seria su amigo el general Castaños para que se apresure en venir nombrándolo comandante del Ejército. El general Castaños se había detenido en el pueblo malagueño de Ronda para tratar asuntos de auxilio con el gobernador británico de Gibraltar. Sin embargo, el correo no fue necesario, porque cuando fue a salir el correo llegó el general a Sevilla y trata con el propio Saavedra las operaciones que va a llevar a cabo y decidieron marcharse ambos a Carmona, que era punto de partida de muchas tropas y donde debían todas reunirse y donde ambos diseñaron la estrategia militar para frenar al ejército francés.


En ese momento reciben noticia de Cádiz sobre las acciones navales proyectadas por Saavedra contra la escuadra francesa de Rosilly. Por medio de la cual se obtiene en la Batalla de la Poza de Santa Isabel la primera victoria sobre los Franceses, hecho de especial relevancia que permitió subir el animo de las tropas españolas, aumentar la flota militar española, así como liberar para los españoles la estratégica bahía de Cádiz. Al poco tiempo se presentó Santiago Withingham, en nombre del almirante Collingwood y el general Spencer, ratificando la alianza británica, así como ofreciendo 6.000 o 7.000 hombres. No se hizo uso de este ofrecimiento pero a la Junta le sirvió de apoyo moral.[1]


En Carmona se estaba formando un ejército de 24.000 hombres y 2.000 caballos. Sin embargo, aún no se habían juntado suficientes para frenar a las tropas de Dupont, que contaba con 18.000 hombres. En el Puerto de Santa María habían desembarcado de 4.000 a 5.000 ingleses, que esperaban a ser más para atacar Portugal. Se escribieron cartas para que fueran interceptadas por el enemigo y se hizo correr la voz de que había un contingente de 14.000 a 15.000 ingleses en ayuda de los españoles. Posteriormente, se unieron al ejército cuerpos de Ronda, Cádiz y lanceros de Jerez. El Presidente Saavedra regresó a Sevilla el 14 de junio, donde dijo a la Junta que el ejército iba ya por 18.000 hombres.[1]​ Posteriormente, el grueso de las tropas españolas se trasladó a Utrera, donde se instaló el cuartel general. El ejército fue ampliándose con la participación de muchos municipios de Andalucía, como Ronda, Cádiz y Jerez de la Frontera.


La Junta Suprema de Valencia redacta un manifiesto el 16 de julio[2]​ con el que el movimiento juntista justifica la creación de la Junta Suprema Central, apelando a la iniciativa de otros países europeos también invadidos por el emperador galo. Del manifiesto, además, cabe reseñar la llamada a su constitución para poder recibir la ayuda británica de una manera más eficiente, el rechazo a la participación de las Juntas Locales y, en especial, el temor a la independencia de las colonias americanas.


A la Junta sevillana llegaban noticias positivas de toda España: la Junta de Asturias decía estar organizando un ejército de 20.000 hombres al mando del Marqués de Santa Cruz, la Junta de Valencia aseguraba que sus fuerzas pasaban ya de 80.000 combatientes y la de Galicia decía que estaba formando a toda prisa uno de 40 a 50.000 hombres. En Cataluña, Aragón, Mallorca y Menorca también se organizó fuertemente la resistencia.


El 14 de julio llegó a la Junta de Sevilla un correo con noticias del ejército. Este se había reunido en Bujalance y marchó a Porcuna, donde el 11 se hallaban todos juntos los generales. Allí se incorporaron y mezclaron las tropas de Sevilla con las de Granada, se formó el plan de ataque y se distribuyeron los mandos. Se trataba de un ejército de 32.000 hombres.[1]


El 15 de julio llega a Sevilla un comisionado de la Junta de Galicia diciendo que las juntas de Galicia, León y Asturias están de acuerdo con crear una capital política y que se presentarían con sus representantes en el punto de reunión acordado. Sevilla contestó que estaba de acuerdo con ser el Cuerpo central propuesto, y el comisionado de Galicia partió para Córdoba, Granada y Murcia.[1]



La batalla de Bailén





Tras la victoria en la batalla de Bailén, el sentimiento patriota recorrió buena parte del país, haciendo caer en la trampa, no sólo al pueblo, sino a muchos generales, de que la guerra ya estaba ganada. Como muestra de ello, las derrotas en las batallas de Espinosa[3]​ o de Gamonal.[4]


Las tropas españolas consiguen derrotar a Dupont en la batalla de Bailén, en Jaén, el 19 de julio de 1808. El 9 de agosto se celebró en la Catedral de Sevilla la gran función por la victoria de Bailén a la que asistió la Junta, el general, toda la oficialidad, y una multitud del pueblo.[1]​ El 12 se celebraron exequias solemnes por los militares fallecidos en esa acción.[1]​ Entretanto, la Junta se centró en formar un segundo ejército para auxiliar las operaciones del primero, que fue el que guarneció y sostuvo por algún tiempo contra los franceses en su segunda invasión, las gargantas de Somosierra.[1]


Ante la trascendencia de la derrota, la primera en campo abierto del ejército imperial francés,[5]​ Napoleón decide mandar a su "Grande Armée" a finales de ese año. Mientras tanto, el pueblo y el ejército celebraban la victoria, dejándose llevar por la euforia y confiando en sus posibilidades.[6]



Junta Suprema Central


En ese momento ya todas las Juntas de las provincias habían convenido en la formación de una Central compuesta de dos diputados de cada una de ellas. Se trató una elección y se escogió en Sevilla el 23 de agosto al Conde de Tilly y a Don Vicente Hore.


El 25 de septiembre se forma en Aranjuez la Junta Suprema Central Gobernativa, que estuvo presidida por el conde de Floridablanca, con 35 miembros en total.[7]
Se constituyó después de que el Consejo de Castilla declarase nulas las abdicaciones de Bayona.[8][9]​ Estuvo vigente hasta el 30 de enero de 1810.


Al disolverse la Junta, fue creado el Consejo de Regencia de España e Indias, a partir del cual, tras la pérdida casi completa del territorio peninsular durante la Guerra de Independencia española, se forman las Cortes de Cádiz, que acabaron redactando la Constitución española de 1812.



Formación oficial de la Junta Central de Sevilla


Dos fueron los lugares en los que, a mediados de septiembre, fueron reuniéndose los diputados tras debatir y acordar los propósitos reflejados en el manifiesto de la Junta de Valencia: Madrid, la capital del Reino, y Aranjuez. Los representantes de Aragón, Asturias, Cataluña y Valencia decidieron que la Junta Central tuviera la misma sede que las autoridades monárquicas, mientras que los diputados de Murcia, Extremadura y de Andalucía no aceptaban compartir base con el Consejo de Castilla. Finalmente, tras intermediaciones entre el Príncipe Pío y el conde de Floridablanca, acabaron trasladándose a Aranjuez, erigiéndose el Real Sitio como el centro de la Junta.[10]


El 25 de septiembre de 1808, en una ceremonia celebrada en la Capilla del Real Palacio de Aranjuez ante Juan de la Vera, arzobispo de Laodicea, se constituyó oficialmente la Junta Central Suprema y Gubernativa del Reino.[11]​ La Junta Central quedó formada por los diputados procedentes de las Juntas Supremas de las capitales de los antiguos reinos,[12]
tal como quedó decidido en la reunión llevada a cabo el día anterior en la posada en la que se hospedaba el conde de Floridablanca, a la postre, presidente de la tratada Junta.[10]



Miembros de la Junta Central


Lista de los individuos que compusieron la Junta Suprema Central Gubernativa de España e Indias, por el orden alfabético de las provincias que los nombraron.[7]








Por Aragón:



  • Francisco Palafox y Melci

  • Lorenzo Calvo de Rozas


Por Asturias:



  • Gaspar Melchor de Jovellanos

  • El marqués de Campo Sagrado


Por Canarias:


  • El marqués de Villanueva del Prado

Por Castilla la Vieja:



  • Lorenzo Bonifaz y Quintano

  • Francisco Javier Caro


Por Cataluña:



  • El marqués de Villel

  • El barón de Sabasona


Por Córdoba:



  • El marqués de la Puebla de los Infantes

  • Juan de Dios Gutiérrez Rabé


Por Extremadura:



  • Martín de Garay

  • Félix Ovalle


Por Galicia:



  • Pedro Cisneros de Castro y Ulloa, Conde de Gimonde

  • Antonio Aballe


Por Granada:



  • Rodrigo Riquelme

  • Luis de Funes


Por Jaén:



  • Francisco Castanedo

  • Sebastián de Jocano




Por León:




  • Joaquín Flórez-Osorio y Teijeiro de la Carrera, VI vizconde de Quintanilla de Florez

  • Antonio Valdés y Fernández Bazán


Por Madrid:




  • Vicente Joaquín Osorio de Moscoso y Guzmán, conde de Altamira y marqués de Astorga

  • Pedro de Silva y Sarmiento de Alagón


Por Mallorca:



  • Tomás de Verí


  • Josep de Togores y Sanglada, conde de Ayamans


Por Murcia:



  • El Conde de Floridablanca

  • El marqués del Villar


Por Navarra:



  • Miguel de Balanza

  • Carlos de Amatria


Por Sevilla:




  • Juan Acisclo de Vera y Delgado, arzobispo de Laodicea y después obispo de Cádiz (fue presidente de la Junta Central).

  • El conde de Tilly


Por Toledo:



  • Pedro de Ribero

  • José García de la Torre


Por Valencia:



  • El conde de Contamina


  • Pedro Caro y Sureda, marqués de la Romana


Portero:


  • Lorenzo Bonavia




Evolución de la Junta Central durante la Guerra de la Independencia Española


Ya desde sus comienzos, en la sesión que la Junta celebró el 7 de octubre de 1808, fue propuesta una convocatoria de Cortes que, según el decreto de 5 de mayo de Fernando VII, debía nombrar una regencia que albergara la soberanía del rey durante su ausencia. Sin embargo, esta proposición fue desestimada por un gran sector de ésta, pues no sólo suponía un largo estudio, con la consecuente pérdida de tiempo, sino que, teniendo a la susodicha Regencia, apenas podrían aprovecharse del poder concentrado de que presumían desde apenas hacía unos días. Es más, debido a los encontronazos pasados con el Consejo de Castilla, se autoimpuso el cumplimiento de dicho decreto, por el que ordenaba el trato de Majestad a organismos e individuos ajenos.[10]


No obstante, con la llegada de Napoleón en noviembre de 1808 y la capitulación de Madrid, la Junta se vio obligada a desplazarse hasta Extremadura, después a Sevilla dónde residiría desde el 16 de diciembre de 1808 y, en último lugar, a la Isla de León, actual San Fernando, el 23 de enero de 1810.


En los meses que siguieron a su fundación, la Junta se encargó de organizar al país y la guerra, entre cuyos actos destacan la fijación de los tributos de guerra, el establecimiento del «Ejército de la Mancha», mandado por el general Aréizaga, y la firma del tratado de alianza con Gran Bretaña (14 de enero de 1809).[10]​ La Junta central marcó un punto de ruptura con el régimen centralista borbónico al repartir la soberanía con América al otorgar representación soberana a los pueblos americanos en la real orden de 22 de enero de 1809. Sin embargo la proporcionalidad de los representantes americanos fue ampliamente discutida.


En Sevilla, el 15 de abril de 1809, el diputado Lorenzo Calvo de Rozas elaboró una propuesta de "convocatoria de las Cortes y elaboración constitucional"[13]​ que, al contrario que la primera, fue bastante bien acogida. Durante las siguientes semanas, la propuesta se convirtió en un Real Decreto,[14]​ al que se le había adjuntado un pequeño manifiesto en el que se declaraban las intenciones que debían llevar los diputados de las ya mencionadas Cortes Constitucionales. [cita requerida] Este Real Decreto, con fecha de 22 de mayo de 1809, proponía oficialmente la celebración de esta asamblea constituyente para el año 1810, además de la creación de una "Comisión de Cortes", presidida por Jovellanos, que prepararía las reformas necesarias para poder llevar a término las Cortes.[15]


Ya en 1810, la Junta Central, en nombre del rey, decidió poner fecha a la composición de las Cortes, en un principio, el 1 de marzo. El 29 de enero se expidió el último decreto de la Suprema Junta, por el cual, ésta se disolvía y daba paso al Consejo de Regencia de España e Indias, que acabaría organizando las Cortes.[16]



Consejo de Regencia de España e Indias


El Consejo de Regencia de España e Indias, o Regencia de España, fue creado en 1810, y como su nombre lo indica, representaba el órgano de gobierno y se atribuía igual autoridad que el rey Fernando VII, y tuvo como misión la organización de las Cortes Constituyentes. La Suprema Regencia, como también se la conocía,[17]​ tuvo que ser creada en Cádiz, último lugar de refugio de la Junta Suprema, desacreditada tras la derrota en Ocaña.


La regencia estuvo compuesta por cinco miembros, ninguno de ellos miembro de la Junta Central, y un representante de las colonias americanas. Estos fueron el general Castaños, los consejeros de Estado don Antonio de Escaño y don Francisco Saavedra, el obispo de Orense, don Pedro de Quevedo y Quintano y, por parte de las Américas, don Esteban Fernández de León,[18]​ quienes, oficialmente, instalarían el Consejo de Regencia el 2 de febrero. Sin embargo, el miembro americano, el mismo día de la constitución del consejo debió ser suplido por su compañero don Miguel de Lardizábal y Uribe con el pretexto de que no había nacido en América[19]​ y, además, la regencia no acabó por completarse hasta que monseñor Quevedo pudo presentarse, cuatro meses más tarde,[10]​ si bien, al hallarse tres de los regentes, el mínimo requerido por la propia Junta,[17]​ ésta podía desempeñar su labor.




"Juramento de los diputados de las Cortes de la Real Isla de león Cortes de Cádiz", obra de José Casado del Alisal en la que se representa la ceremonia de inauguración de las susodichas Cortes.


Dicha labor, casi reducida a la convocatoria de Cortes, fue muchísimo más polémica por causa de los intereses de los liberales, que pretendían componer una única cámara, a pesar de la propuesta, defendida por Jovellanos entre muchos otros, de una convocatoria estamental, como fue decidido por la Junta Central.[20]​ Sin embargo, se sospechó y se acabó por confirmar la manipulación liberal, pues, aunque se excusaron en la falta de tiempo por la convocatoria, se descubrió que una nota en la publicación de la convocatoria acerca de la participación de la Iglesia y la Nobleza no había sido mandada.[21]​ Finalmente y a pesar de la disputa, puesto que nobles y religiosos formaron parte de las representaciones provinciales, decidió mantenerse el sistema unicameral.[22]


Ya resueltos los principales problemas y llegados a la Real Isla de León[23]​ todos los diputados de las Cortes, en una ceremonia celebrada en la Iglesia Mayor Parroquial ante monseñor Pedro de Quevedo (que también hizo las veces de presidente regente), el 24 de septiembre de 1810 quedaron al fin constituidas las Cortes Generales,[24]​ que acabarían por redactar la primera constitución de España.


La Regencia y las Cortes no fueron reconocidas por las Juntas americanas, y estas a su vez fueron consideradas en rebelión.



Tercera Junta de regencia


Durante el período comprendido entre el 2 de enero de 1812 y el 8 de marzo de 1813, presidida por Joaquín de Mosquera y Figueroa, siendo los vocales: Juan María de Villavicencio, Pedro Alcántara de Toledo y Salm-Salm (duque del Infantado), Enrique O'Donnell Anethan (conde de La Bisbal y de Lucena), Ignacio Rodríguez de Rivas y Juan Pérez Villamil.


Esta promulga la Constitución de Cádiz, encargándose de su publicación los magistrados Juan María de Villavicencio e Ignacio Rodríguez de Rivas.



Referencias




Fachada de la Iglesia Mayor Parroquial de San Fernando, donde tuvo lugar la ceremonia con la que se inauguraron las Cortes de Cádiz.




  1. abcdefghijk de Saavedra, Francisco (2011). La Rebelión de las Provincias en España: Los grandes días de la Junta Suprema de Sevilla 1808-1810. Alfar. ISBN 9788478984060.  |autor= y |apellidos= redundantes (ayuda)


  2. Circular de la Junta de Valencia solicitando la formación de la Junta Central, Valencia, 16 de julio de 1808.


  3. Referencias sobre la batalla de Espinosa.


  4. Referencias sobre la batalla de Gamonal.

    • Archivado el 8 de febrero de 2005 en la Wayback Machine.



  5. Batalla de Bailén y sus resultados


  6. ‘‘Blanco-White’’, José María (1822). «Ecos de la victoria de Bailén». Cartas sobre España. 


  7. ab Lista de los individuos que compusieron la Junta Suprema Central Gubernativa de España e Indias, por el orden alfabético de las provincias que los nombraron.


  8. Acta del Consejo de Castilla declarando nulas renuncias de Bayona, Madrid, 11 de agosto de 1808


  9. .
    Contexto histórico de la Constitución de 1812, Marta Friera Álvarez e Ignacio Fernández Sarasola (Universidad de Oviedo), Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes



  10. abcde Martínez de Velasco, Ángel (1999). Historia de España: La España de Fernando VII. Barcelona: Espasa. 84-239-9723-5. 


  11. Real Provisión del Consejo Real, de toma de cargo de los miembros de la Junta Central Aranjuez (Madrid), 25 de septiembre de 1808.


  12. Notas al margen de la Real Provisión del Consejo Real, de toma de cargo de los miembros de la Junta Central, Aranjuez (Madrid), 25 de septiembre de 1808.


  13. Proposición de Calvo de Rozas de convocatoria de las Cortes y elaboración constitucional, Sevilla, 15 de abril de 1809.


  14. Decreto sobre restablecimiento y convocatoria de Cortes expedido por la Junta Suprema gubernativa del Reino («Consulta al país»), Sevilla, 22 de mayo de 1809.


  15. Decreto creando la Comisión de Cortes, Sevilla, 8 de junio de 1809.


  16. Último decreto de la Junta Central sobre la celebración de Las Cortes, Real Isla de León, 29 de enero de 1810.


  17. ab Proyecto de reglamento y juramento para la Suprema Regencia, Real Isla de León (Cádiz), 29 de enero de 1810.


  18. Decreto de la Junta Central designando a los Regentes, Real Isla de León, 29 de enero de 1810.


  19. Acta de constitución del Consejo de Regencia, Real Isla de León, 31 de enero de 1810.


  20. Resolución de la Junta Central sobre la convocatoria por estamentos, Sevilla, 21 de enero de 1810.


  21. Un episodio curioso durante las Cortes Constituyentes de Cádiz...


  22. Decreto del Consejo de Regencia mandando que las Cortes se reúnan en un solo cuerpo, Cádiz, 20 de septiembre de 1810.


  23. La actual ciudad de San Fernando, en Cádiz, tenía como nombre Isla de León hasta que el rey Fernando VII le otorgó el título de Ciudad, debido a lo cual, se cambió el nombre por el del propio monarca.


  24. Acta de instalación de las Cortes generales y extraordinarias, Real Isla de León, 24 de septiembre de 1810.



Véase también




  • Guerra de la Independencia Española.


  • Cortes de Cádiz.


  • Constitución española de 1812.


  • Fernando VII.

  • Jefes de Estado en España que no fueron monarcas



Enlaces externos




  • Documentos de la etapa juntista. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.

  • Página dedicada a la Guerra de la Independencia Española


  • "La guerra de la independencia en Cádiz", por Vicente Mira Gutiérrez.




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